EL ROL DE MÉDICOS Y MAESTROS EN LA SALUD MENTAL
Asociación de Psiquiatría y Salud Mental
De La Laguna A.C. (PSILAC)
No cabe duda que una de las medidas de tratamiento médico más amenazantes, temidas y estresantes para el paciente pequeño y para su familia son las intervenciones quirúrgicas, ya sea cuando se trata de situaciones agudas y de emergencia, como las que pueden ser programadas por el o los cirujanos, las cuales son bastante comunes en estos periodos vacacionales. Si los consultorios, los métodos diagnósticos y la hospitalización se convierten en experiencias estresantes en mayor o menor grado, según la situación y las circunstancias individuales de cada caso, la cirugía la podríamos considerar como la experiencia en la que los niveles de ansiedad ascienden todavía más alto. Tenemos que tomar en cuenta los diferentes niveles y perspectivas que enfrentan los pacientes y sus respectivas familias con respecto a ella. Por un lado, se encuentra la lógica médica que determina la necesidad de dicha intervención debido al padecimiento que se presenta, lo cual está generalmente bastante justificado desde esa perspectiva profesional. Después de hacer su valoración clínica con los estudios diagnósticos correspondientes, el médico le explicará detalladamente al paciente y a su familia la o las razones para efectuar la cirugía, las condiciones en que se llevará a cabo, la forma en que deben prepararse y las repercusiones que pueden existir, lo cual definitivamente se convierte en un proceso educativo para la familia, lo que les ayuda no sólo a comprender mejor esta intervención, sino también les estimula y facilita su apoyo y cooperación para funcionar en cierta forma como un equipo médico junto con el cirujano y demás profesionales.
Sin embargo y a pesar de ello, hay que tomar en cuenta que existe paralelamente la otra perspectiva, la que corresponde al paciente y a sus familiares, ya sea en sus aspectos conscientes como los inconscientes, los cuales dependen naturalmente de su educación y de sus propias historias personales y familiares, así como de las experiencias previas que hayan tenido en dicha área. Dentro de esa perspectiva se presentan toda clase de fantasías según la forma en que cada paciente visualice simbólicamente la cirugía, algo que suele ser muy interno, privado y proveniente de su inconsciente, con una buena dosis de magia y que por lo general no tiene que ver con la lógica ni con la realidad. Un ejemplo muy común de ello es cuando a los niños, o incluso a los adolescentes, se les va a someter a una circuncisión, que ellos pueden fantasear como una castración, como un castigo debido a sus primeras inquietudes sexuales o a cualquier tipo de conducta personal que ellos califiquen como "mala". Para tantos de ellos, una experiencia quirúrgica puede representar igualmente una amenaza de mutilación de su cuerpo o aún de muerte, que en cierto sentido tiene sus bases lógicas, ya que una intervención quirúrgica conlleva naturalmente ciertos riesgos naturales. Es claro que tales fantasías no son exclusivas de estas criaturas, sino que en gran parte las comparten sus familiares, o incluso se contagian unos a otros, a pesar de que en el fondo no se las comuniquen abiertamente entre sí por miedo a las burlas o a que se intensifique la angustia ya de por sí presente, Sin embargo, gracias a su experiencia y a sus conocimientos, los pediatras, los médicos generales y los cirujanos pediátricos suelen estar bastante conscientes de este tipo de fantasías de sus pacientitos y de sus familiares, por lo que suelen intensificar sus esfuerzos por explicarles lo mejor posible tales procedimientos quirúrgicos y prepararlos además con una orientación psicológica de lo más completo que ayude a disminuir dichos niveles de ansiedad. Es importante reconocer que ante la oscuridad, la incertidumbre y la falta de información, la mente humana tiende a llenar tales huecos con toda clase de fantasías y mitos, generalmente del tipo negativo y angustiante, que funcionan obviamente como estímulos estresantes de mayor o menor nivel. Por lo mismo, las explicaciones e información detallada en un lenguaje claro y conciso, sin la usual jerga médica que tantas veces resulta ininteligible para el público general, así como la conciencia de que existe esta perspectiva fantasiosa y mágica del pensamiento inconsciente, facilitará entonces una mejor preparación psicológica de los pacientes y de sus familiares, lo que a su vez disminuirá enormemente los niveles de ansiedad en ellos y acarreará naturalmente mejores resultados en estas intervenciones, en las que los miedos y la angustia pueden obstaculizar el proceso. (Continuará)