ASOCIACIÓN DE PSIQUIATRÍA Y SALUD MENTAL DE LA LAGUNA, A. C. (PSILAC) CAPÍTULO INTERESTATAL COAHUILA-DURANGO DE LA ASOCIACIÓN PSIQUIÁTRICA MEXICANA LOS ROLES DE MÉDICOS Y MAESTROS EN LA SALUD MENTAL
No cabe la menor duda pues, que los medios de comunicación en nuestros tiempos, juegan un rol fundamental en la construcción de la identidad individual y colectiva, a través de una serie de estereotipos masculinos y femeninos, presentados abiertamente como se decía en la columna anterior, como productos consecuentes del consumismo y la mercadotecnia, enfocados especialmente hacia los adolescentes al igual que a los adultos jóvenes, con el objetivo de estimular esa importante necesidad y gratificación compulsiva relacionada con el consumo de drogas. La identificación con tales modelos, y dentro del marco de los primeros grupos sociales que se dan durante la pubertad, el uso del tabaco y del alcohol como nuestras primeras drogas legalizadas, llegan a constituirse en los símbolos y las condiciones básicas para reafirmar la adherencia, la pertenencia y la lealtad a dichos grupos. El frágil y endeble sentido de identidad que caracteriza a dichas etapas de la vida, va a determinar el que erróneamente ellos lleguen a creer como una verdad absoluta, que tanto la masculinidad como la feminidad dependerán de traer un cigarrillo entre los dedos, de escupir bocanadas de humo en todas direcciones mientras gesticulan, y de combinarlo además con una, dos o muchas "chelas" o cualquier número de "litros" de bebidas preparadas o quizás hasta adulteradas, de esas que suelen estar tan al alcance de la mano en cualquiera de nuestras avenidas principales, y que naturalmente facilitan y alegran el "rol" nocturno de grupos de chavos y chavas embarcados en sus vehículos durante los fines de semana.
Hay que reconocer que este tipo de drogas legalizadas forman parte de nuestros hábitos y principios sociales desde el inicio de la pubertad, cuando todos de una u otra forma hemos sido bautizados en ese estilo, y con idénticos espejismos sobre la identidad, que inclusive para muchos adultos, hombres y mujeres siguen siendo válidos a través de los años, sin importar la forma en que vayan envejeciendo. Sin embargo, desde el punto de vista de la salud pública, y especialmente de la salud mental, el uso de este tipo de drogas durante la etapa de la adolescencia implica una serie de consecuencias importantes no sólo para cada uno de los adolescentes, sino también para sus padres y familias, e inclusive para la comunidad en general cuando se convierten en sujetos intoxicados y sin controles, inhabilitados para conducir cualquier tipo de vehículo, por el daño que pueden provocarse a sí mismos, a sus acompañantes, a los peatones o a los pasajeros de otros vehículos, o aún a la propiedad ajena, ejemplos de lo cual se presentan casi cada fin de semana como parte de las notas rojas de los periódicos y los noticieros. El riesgo de este inicio temprano en el uso de ambas drogas (tabaco y alcohol) es que el cerebro de los adolescentes está en evolución todavía, y presenta una serie de cambios importantes, sobre todo en ciertas áreas que se encargan del manejo de los impulsos y las emociones. Son precisamente estas áreas las que determinan en ellos y ellas la búsqueda de toda clase de emociones fuertes y hasta aceleradas, que tienden a convertirse en aventuras intensas y novedosas en las que inclusive no son capaces aún de controlarse y medir los riesgos consiguientes, ya que por el otro lado, tales cambios cerebrales todavía no han reforzado por completo las área encargadas de controlar tales impulsos y emociones. Debido a ello, el tabaco y el alcohol para muchos de estos jóvenes, dejan de ser excitantes y ya no son suficientes como estímulos de tales aventuras, lo que determina entonces que busquen otro tipo de sustancias de mayor potencia y novedad que los ayude a experimentar nuevas emociones, todavía más intensas y "con más adrenalina". Naturalmente, sabemos que "el que busca, encuentra", sobre todo en una sociedad tan permisiva, contradictoria y caracterizada de una doble moral como es la nuestra, en donde generalmente todo se puede comprar mientras se llegue al precio. Así pues, al igual que las "chelas" y los "litros", este otro tipo de instrumentos más sofisticados y de mayor poder se pueden conseguir con la misma facilidad, eficacia y rapidez, en las calles, en los antros o en los diversos sitios disfrazados y adecuados para su distribución. Independientemente de tener o no la supuesta edad, es posible que todos aquellos jóvenes que busquen semejantes emociones, lograrán encontrarlas y aún muchas otras más, sin siquiera tener esa plena conciencia de las consecuencias a corto, mediano o a largo plazo