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NUESTRA SALUD MENTAL

CAPÍTULO INTERESTATAL COAHUILA-DURANGO DE LA ASOCIACION PSIQUIATRICA MEXICANA EL ROL DE MÉDICOS Y MAESTROS EN LA SALUD MENTAL

DR. VÍCTOR ALBORES GARCÍA

(DÉCIMA SÉPTIMA PARTE)

A pesar de que en esta columna se ha mencionado la función tan importante que llevan a cuestas los maestros y las instituciones de educación primaria y media en lo que se refiere a la educación y formación de niños y adolescentes en nuestro país, así como en la detección temprana de problemas, conflictos y trastornos psicológicos y psiquiátricos, no podemos hacer a un lado y minimizar el rol que juegan o deberían jugar las instituciones de educación superior. Generalmente y en forma justificada, nos preocupamos en mayor grado por nuestros niños y adolescentes, a quienes percibimos aún como más débiles, más desprotegidos y vulnerables ante las múltiples y variadas presiones de nuestro ambiente y de nuestro mundo en general. Existe en las familias y entre los padres, un nivel más bajo de preocupación por los adolescentes mayores o los adultos jóvenes, al pensar que son mayores, que ya se han desarrollado y madurado, y por lo mismo están mejor preparados para enfrentar ese tipo de presiones de todos tipos. Sin embargo, esa no es siempre la realidad necesariamente, ya que un alto porcentaje de ellos todavía no cuentan con esa preparación o madurez, debido en tantas ocasiones a una tendencia de gran sobreprotección que se da actualmente en el seno de nuestras familias todavía, en donde tanto los padres como las madres tienden a darles todo a los hijos, casi como con cuchara en la boca, hasta facilitarles las cosas en demasía, al grado que en esa forma no necesitan aprender a esforzarse demasiado y por ende, tampoco aprenden a moverse adecuadamente en el ambiente al que pertenecen. A pesar de que esa tendencia de los padres a preocuparse tanto por los hijos y darles todo, está justificada por el amor, por el interés por el bienestar de los hijos, pero también en tantos casos, por las carencias que ellos mismos hayan sufrido durante sus infancias, la realidad es que sin darse cuenta los están tratando en cierta forma como individuos frágiles, inútiles, incapaces o hasta inválidos, sin que realmente esas sean las circunstancias. En otros casos, tal sobreprotección viene a ser la consecuencia secundaria a un cierto grado de abandono y descuido de los hijos en las esferas afectivas y emocionales, debido al nivel intensivo de trabajo y a las múltiples actividades de los padres, que tienen el tiempo demasiado limitado para ver por ellos, de modo que lo compensan con dinero, con objetos materiales, con niveles supuestos de "libertad" en la que no marcan muchos límites ni disciplina para los hijos, lo que contradictoriamente, viene a representar también un estilo diferente de sobreprotección.

Un buen porcentaje de los estudiantes universitarios, ya sea tanto en las instituciones privadas como en las públicas, pertenece a este tipo de familias, de manera que todavía no podemos considerar que han alcanzado ese alto nivel de desarrollo o de madurez que se espera de ellos. Sin embargo, como la mayoría de los padres y madres, al igual que un buen número de adultos piensan lo contrario, estos individuos ya no reciben tanta atención ni supervisión como sucedía en los niveles de educación anterior, fuera en las primarias, las secundarias o las preparatorias y escuelas técnicas, de manera que funcionan a un nivel más independiente y separados de sus familias, con la tendencia a enfrentar sus dificultades por si mismos, aún si todavía no están del todo preparados para ello.

El hecho de haber elegido una carrera profesional y haber ingresado a una universidad, de ninguna manera garantiza el que estos individuos, generalmente ubicados en esa etapa de transición entre finales de la adolescencia e inicios del adulto joven, dejen de estar expuestos a esas tres áreas que se han mencionado en las columnas anteriores, como son la de la orientación vocacional, la de educación y orientación sexual, así como la del uso y abuso de las drogas legales. Por el contrario, en muchos de los casos, estos chicos y chicas pueden requerir todavía de mayor atención y asesoría en tales áreas, pero no siempre la reciben, precisamente por esa idea contradictoria e ilógica de que ya son adultos y por lo mismo, no necesitan más ese tipo de ayuda (Continuará).

Asociación de Psiquiatría y Salud Mental

De La Laguna A.C. (PSILAC)

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