Comida rápida. La entrada del presidente Barack Obama al restaurante de comida rápida causó polémica el resto del día. Lamentos. Mientras el Gobierno hace pruebas la sociedad lo lamenta. EFE
- El presidente de EU, Barack Obama, fue objeto de burlas entre algunos por su afición a la rocola y los cafés de diseño durante la campaña electoral, pero tras su llegada a la Casa Blanca la hamburguesa parece ser el plato de su corazón.
El presidente "se escapó" de la Casa Blanca por segunda vez para almorzar ese bocadillo de carne molida, que es el símbolo de la cocina estadounidense. En esta ocasión se plantó por sorpresa en el establecimiento de una cadena local de hamburgueserías en el Sureste de Washington, donde llegó acompañado por un equipo de la cadena de televisión NBC que filmaba sobre la vida diaria en la Casa Blanca.
Obama, que causó una auténtica sensación a su llegada al restaurante, encargó hamburguesas con queso para él y para varios miembros de su comitiva y pagó en efectivo. La prensa que le acompañaba pudo contar ochenta dólares.
El presidente examinó brevemente el mural con el menú antes de pedir "una hamburguesa con queso y patatas fritas para mí. Que lleve chile jalapeño, tomate, mostaza... y lechuga también". Encargó también una variedad de hamburguesas para su comitiva. Tras recibir su número de turno, el 41, el presidente estadounidense optó por recorrer el local y saludar a los comensales mientras esperaba.