Emociona. El Ballet Estatal de Eslovaquia encantó con sus versiones de los clásicos Tristan e Isolda, El Bolero de Ravel y El Lago de los Cisnes. EL SIGLO DE TORREÓN/ÉRICK SOTOMAYOR
Con elementos notablemente contemporáneos pero conservando la técnica clásica impecable, anoche el Ballet Estatal de Eslovaquia presentó en el Teatro Isauro Martínez una novedosa puesta en escena de tres clásicos del ballet: Tristan e Isolda, El Bolero de Ravel y el Lago de los Cisnes, bajo la dirección de Ondrej Soth.
Un original vestuario de la mano de algunos apoyos visuales proyectados sobre un telón en blanco, permitieron que el público disfrutara de las modernas versiones presentadas por la compañía eslovaca.
Luciendo un original vestuario que ubicaba al espectador entre la dualidad de lo frío y lo caliente, aparecieron los bailarines eslovacos para interpretar Tristan e Isolda, obra que abrió la gala en el Martínez.
Mediante un lenguaje corporal que no se desprendió de la historia original, los intérpretes jugaron con elementos narrativos muy modernos, pero que por la manera en la que fueron presentados aludía permanentemente a Wagner y los tambores japoneses de Kodo.
Con una buena asistencia, el Martínez recibió a los integrantes del Ballet Estatal de Eslovaquia que sorprendieron con las versiones que presentaron durante la función. Una sensualidad propia y muy bien conducida, predominó en la versión de El Bolero de Ravel, que mediante una serie de movimientos que se repetían en diferentes lapsos de tiempo creaban un ambiente sugestivo, sin que dejara de sorprender la narrativa contemporánea que realizaban los bailarines dirigidos por Ondrej Soth.
La gala llegó a su final con la interpretación de una de las cumbres del arte coreográfico, El Lago de los Cisnes.
Una verdadera muestra de precisión y mucha creatividad se percibió a lo largo de la función. La fusión que osciló permanentemente entre la narrativa propia de las obras clásicas y una interpretación que permitía ciertos aires de libertad por parte de los bailarines, confirmó a los asistentes la disposición de los coreógrafos para presentar nuevas versiones de los clásicos.
Sorprendidos por la originalidad y creatividad que presentó la compañía, heredera de una tradición ancestral en el ballet, los laguneros despidieron al ballet eslovaco en medio de aplausos y ovaciones.
El programa
Las coreografías fueron preparadas a conciencia.
⇒ Tristan e Isolda.
⇒ El Bolero de Ravel.
⇒ El Lago de los Cisnes.