Disturbios. Bomberos tratan de extinguir las llamas que consumen un hotel en un incendio causado durante una manifestación de activistas contrarios a la OTAN en Estrasburgo, Francia.
Una decena de manifestantes heridos, edificios arrasados e incendiados por los militantes más radicales y numerosos daños materiales fue el resultado de la gran marcha anti-OTAN celebrada ayer en Estrasburgo.
Todos los "heridos leves", según el comunicado emitido al cierre de la protesta por la Prefectura del Bajo Rin, fueron atendidos por el servicio sanitario de emergencias.
Según el mismo comunicado, 10 mil personas participaron en la manifestación, frente a las 30 mil que calculan los organizadores.
A esa cifra se añaden los cerca de 10 mil militantes antiglobalización que pretendían unirse a la marcha, pero que quedaron bloqueados por las fuerzas de seguridad en el lado alemán del puente de Europa.
Del lado francés de ese puente sobre el Rin se vivieron los disturbios más violentos de toda la contra-cumbre de la Alianza Atlántica, en los que horas antes del inicio de la manifestación ya se había detenido a una treintena de personas.
Los agitadores, vestidos de negro y con el rostro cubierto, incendiaron el hotel Ibis Pont de l'Europe, la oficina de aduanas del antiguo puesto fronterizo y una oficina de turismo.
La Prefectura calcula en un millar los radicales que protagonizaron los actos de violencia, pertenecientes al llamado "black block" (bloque negro).
Además de provocar incendios, saquearon una farmacia, una estación de servicio Elf y un centro de ocio, y acabaron con el mobiliario urbano que encontraron a su paso.
También se produjeron enfrentamientos, con lanzamiento de pelotas de goma y gases lacrimógenos incluidos, en el Jardín des Deux Rives, a pocos metros de donde los jefes de Estado y de Gobierno de la OTAN se habían tomado la foto oficial.
La gran marcha anti-OTAN, que arrancó con una hora y media de retraso, no sólo no vivió el ambiente festivo que estaba previsto sino que estuvo marcada en todo momento por la confusión de sus participantes.
La líder del Partido Comunista Francés, Marie-George Buffet, mostró su contrariedad por la deriva de unos actos que, según ella, fueron "convocados desde el pacifismo".
Por su parte, el alcalde de Estrasburgo, Roland Ries, quien se desplazó al lugar de los disturbios, a las afueras de la ciudad, calificó la situación de "dramática", expresó su temor por que "los que lo han hecho siguen ahí" y su esperanza en que "sean detenidos y sufran las sanciones pertinentes".
La manifestación, en la que se enarbolaron banderas multicolores con la palabra "Paz" y carteles contrarios a la OTAN, discurrió a menos de 5 kilómetros del lugar donde se celebraba la cumbre de la Alianza Atlántica.
No obstante, a mitad del recorrido quedó cortada en dos y la cola de la protesta fue tomada por los radicales, que cruzaron contenedores en la calle.
En ese momento, centenares de manifestantes pacíficos se vieron atrapados por la acción de los radicales y el ataque policial, lo que les llevó, poco después, a iniciar la retirada. Algunos vecinos de la zona expresaron su rabia por lo ocurrido y denunciaron que el centro de la ciudad estaba fuertemente protegido mientras que sus barrios quedaron totalmente destrozados por los más radicales.
Acuerdan reforzar presencia en Afganistán
Al menos 35 supuestos talibanes han muerto durante el transcurso de dos ofensivas militares del Ejército afgano y la coalición liderada por EU en la conflictiva provincia meridional de Helmand, una de las cuales incluyó un ataque aéreo. Según un comunicado de la coalición, 35 insurgentes perdieron la vida ayer durante una acción militar en el marco de "la serie de continuas operaciones" lanzadas en el distrito de Kajaki de Helmand, donde según los datos ofrecidos por los mandos militares y el Gobierno afgano han muerto esta semana unos 85 talibanes.
Los líderes europeos de la OTAN se comprometieron ayer a incrementar significativamente los efectivos para la guerra liderada por Estados Unidos en Afganistán en la cumbre del 60 aniversario de la alianza, e iniciaron los estudios para una nueva concepción estratégica.
La alianza se expuso a granjearse la enemistad del mundo islamista al elegir por unanimidad al primer ministro danés nuevo secretario general de la alianza atlántica, tras superar las objeciones turcas al respaldo brindado por Anders Fogh Rasmussen a un diario danés que publicó unas caricaturas del profeta Mahoma.
El presidente estadounidense Barack Obama ensalzó los "compromisos concretos" de los aliados de la OTAN en Afganistán, e indicó que su decisión de enviar hasta 5 mil instructores militares y policiales de refuerzo es un "sólido primer paso" para afianzar la seguridad del país asiático.
La capacidad de la OTAN para triunfar en esa parte del mundo es considerada una prueba crucial del poderío y relevancia de la alianza fundada para equilibrar a la desaparecida Unión Soviética y que ahora tienen que encarar la insurgencia islamista más allá de sus fronteras.
Turquía dijo que la intervención de Obama fue esencial en las negociaciones para superar sus dudas sobre Fogh Rasmussen, que concluyeron cuando los 28 líderes de la OTAN aprobaron por unanimidad la designación del primer ministro danés para dirigir la alianza.
Los líderes se encontraron con el presidente francés Nicolas Sarkozy en el medio del puente Europa, sobre el río Rin, en una desviación simbólica de la enemistad que una vez dividió el continente y un aparte de las actuales diferencias, al menos por unos pocos minutos.