Historia. La elaboración del Oscar comienza con un vaciado -la transformación de un trozo de metal en un hombre de 34 centímetros (13.5 pulgadas).
Una de las más grandes estrellas en los premios de la Academia nació en el Noroeste de Chicago, fue traída al mundo por Martín Vega y preparada para la gran noche por Eladio González.
Técnicamente se llama 3453, pero es mejor conocida como Oscar.
En unas pocas semanas, estará brillando en el escenario del Teatro Kodak en Hollywood, quizás en las manos de una llorosa Kate Winslet o de un más llorón Mike Rourke. Lo tomarán por la cintura, lo alzarán al aire y le agradecerán a todo el que los ayudó a modelar su éxito. Todos, excepto Vega y González.
La historia del Oscar 3453 comienza con un vaciado - la transformación de un trozo de metal en un hombre de 34 centímetros (13.5 pulgadas) cuyo trasero le recordó a Bette Davis el de su primer esposo, según cuenta la leyenda.
Estamos en la fábrica R.S. Owens, un edificio anodino en la Avenida North Lynch, donde se fabrican las estatuillas desde 1983. Es 22 de enero y, casualmente, las nominaciones a los premios de la Academia acaban de anunciarse en Beverly Hills. El Curioso Caso de Benjamin Button encabezó la lista con 13 candidaturas, así que quién sabe, quizás Oscar 3453 termine con Brad Pitt o con el maquillador Greg Cannom.
Pero en este momento, Vega, de 40 años, se enfoca en su propio arte al derretir barras de una alianza de peltre de calidad superior en un tanque de fundición. Entonces mete un cucharón en el líquido de 780 grados (415 centígrados) y lentamente lo vierte en un molde de acero, uno de sólo dos jamás hechos y el único que sigue funcionando. El molde usualmente está guardado en una caja fuerte y es sacado sólo en esta época del año por unos dos días para fabricar los 50 Oscar que se enviarán a Hollywood.
Vega inclina levemente el molde y lo llena uniformemente.
Eso sólo toma 13 segundos, y espera alrededor de un minuto antes de abrir la parte superior del molde, martillarlo un poquito hasta que se desprende, revelando al orgulloso Vega la espalda de un Oscar de casi cuatro kilos (8.5 libras).
“Nada mal para ser un hombre de 81 años”, dice Noreen Prohaska, gerente de ventas de Owens y nuestra escolta del día.
Vega saca la estatuilla aún caliente y la coloca junto a otras siete, todas boca arriba en una mesa cercana.
Las deja enfriar quizás una hora para luego quitarle algunos excesos con lo que parece una pieza de manguera (o cordón umbilical) que sale del recipiente donde el metal fundido se echó en el molde.
En adelante lo trabaja González, de 40 años, en la máquina pulidora. Primero usa una lija pequeña, luego otra más grande. Cuarenta y cinco minutos después, brilla el Oscar.
Cada estatuilla tiene asignado un número de serie, que se graba en la base, para asegurar que la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas pueda seguirle la pista a cada una. De ahí el nombre tan especial de nuestro objeto, 3453.
La grabadora Louise White, de 56 años, asegura el Oscar boca abajo, con la cabeza contra un trozo de goma “para que no le demos una jaqueca”, dice. Los números 3-4-5-3 se alinean en su máquina y White, quien lleva 36 años trabajando para Owens, usa lo que parece un taladro dental primitivo para trazarlos.
Eso está conectado con una aguja de diamante industrial, apuntada a la base del Oscar y que imita los movimientos exactos del instrumento de trazado, sólo la mitad de su tamaño. Así que, cuando White traza un 3 con una mano, la aguja se mueve en la misma dirección.
Ahora Oscar 3453 debe ser curado, es decir, esperar lo suficiente para asegurarse que no tenga burbujas de aire o rajaduras que lo debiliten. Unos días después le llegaría la hora del baño, así que Nunzio Giganti lo colocó sobre una rejilla antes de meterlo en agua jabonosa para limpiarlo un poco. Luego le dieron un baño de cobre, níquel y plata.
Giganti lo seca con una manguera de aire que luce y suena como las que se usan en las estaciones de servicio para los neumáticos. Finalmente, llega el sueño de todo trofeo: un baño en oro de 24 kilates, en un envase usado para Oscar y sólo para Oscar.
Giganti entonces lo lleva al área de ensamblaje, donde Bertha Fuentes le atornilla la base recubierta de bronce, cubre la cabeza de Oscar con una bolsa plástica y lo coloca en una caja de espuma de goma, que se mete a otra de cartón para su envío.
A principios de febrero el Sr. 3453 se unirá a sus brillantes hermanos en un viaje que toman muchos fanáticos del cine: Hollywood.
ENVÍAN BOLETAS A LOS 5 MIL 810 VOTANTES DEL OSCAR
Las papeletas para los 5 mil 810 miembros de la elite de Hollywood que votan por sus favoritos para los premios Oscar ya están en el correo.
Las boletas finales, enviadas el miércoles, incluyen nominados en 19 categorías, entre ellas mejor película, mejor director y los cuatro rubros actorales.
Papeletas para otras cinco categorías -documentales de largo y corto metraje, película de lengua extranjera, corto animado y cortometraje -están disponibles sólo una vez que los miembros de la Academia hayan verificado que vieron las candidatas.
La fecha tope para devolver las boletas a la firma PricewaterhouseCoopers es el 17 de febrero. La entrega de premios es cinco días después.
Será el 22 de febrero cuando se sabrá el nombre de los ganadores. Slumdog Millionaire y El Curioso Caso de Benjamin Button son los filmes favoritos para llevarse el premio principal.
Gozarán invitados de suculento banquete
La ceremonia de entrega de los premios Oscar 2009 está en puerta. Y ya se dio a conocer cuál será el premio que todos recibirán, estén nominados o no.
Luego de sortear a los medios y curiosos en la alfombra roja y permanecer horas sentados, los invitados al Governors Ball (Baile de los Gobernadores), durante la gala posterior a la entrega, tendrán como recompensa un menú elaborado por el chef Wolfgang Puck.
Puck ha sido el creador del banquete durante 15 años consecutivos, y se ha esmerado para que el cierre de esta fiesta cinematográfica sea no menos espectacular, pues como él lo ha comentado “al final, todos tienen hambre”.
Puck, junto con los chefs Lee Hefter y Matt Bencivenga, servirán un total de mil 500 cenas, y para hacer alusión al evento, algunos de los emplatados, asemejarán a la estatuilla entregada por la Academia, como ya es costumbre en este festín.
Para esta ocasión, además de entradas y postres, el chef creó diferentes platillos principales que incluyen langosta, salmón, atún, caviar y vegetales, entre otros.
Los ingredientes serán de primera calidad y los chefs mantendrán sumo cuidado sobre su procedencia orgánica, pues éste es el tema del banquete, en un intento por ser amigables con el ambiente.
Los comensales disfrutarán las delicias de este reconocido cocinero en un ambiente de suma elegancia, ambientado con algunos temas famosos de películas.
Se espera que a la ceremonia asistan luminarias como Brad Pitt y su esposa Angelina Jolie así como Kate Winslet y la talentosa española Penélope Cruz.