La afición sigue a la espera de un triunfo de los Guerreros en el Estadio Corona. (Ramón Sotomayor C.)
TORREÓN, COAh.- Una jornada más y la afición sigue a la espera de un triunfo de sus Guerreros, quienes ni por haber estrenado técnico lograron sumar de tres puntos y debieron conformarse con un democrático empate a dos tantos.
Antes del partido, el ánimo entre la afición era de mucho optimismo, y en los exteriores del estadio se comentaba sobre la posible victoria de los albiverdes, quienes de la mano de Sergio Bueno bien podrían darle la vuelta a la página.
El ánimo no fue el mismo durante casi toda la primera parte del partido, debido a que ninguno de los dos equipos mostró ambición, ni el deseo de arriesgar, y con muy pocas opciones de gol generadas sobre los marcos, ofrecieron un espectáculo pobre, que aburrió a los aficionados.
Fue el ecuatoriano Christian Benítez el encargado de romper con el monótono encuentro que, combinado con el fuerte calor que se dejó sentir la tarde de ayer, tenía adormilada a la afición en las gradas del Corona.
En la agonía del primer tiempo, el moreno delantero aprovechó una jugada por el centro del terreno para clavar la primera flecha a los Tuzos y con ello provocó el júbilo de los fieles seguidores.
Para la segunda mitad, las circunstancias obligaron a Enrique Meza a cambiar la estrategia y los arribos de los hidalguenses se convirtieron en una auténtica marea, donde Oswaldo Sánchez se agigantó en el área y demostró su compromiso ante sus compañeros y la afición.
El portero de la Selección Nacional intervino en tres ocasiones de forma magistral para impedir la caída de su marco, en jugadas que ya se cantaban como goles de la escuadra tuza.
Fue así que en el minuto 50 tuvo la primera de esas jugadas, con un tiro de Chema Cárdenas, presagio de lo que le esperaba, ya que al 58 una desafortunada intervención de Arce en su área al tratar de despejar el balón significó un penal que se tradujo en el empate a un tanto por parte de Christian Giménez.
Seis minutos después, una supuesta falta, ahora de Osmar Mares, quien se fue expulsado, ante el enojo de la afición, significó una nueva falta que Giménez capitalizó para darle la vuelta al marcador, lo que cayó como balde de agua fría para la afición guerrera.
Sin embargo, segundos después el colombiano Carlos Darwin se encargó de concretar una oportunidad y de forma espectacular consiguió el tanto de la igualada, que reanimó a los hinchas laguneros, quienes festejaron enormemente.
Este tanto provocó el enojo entre los miembros de la banca visitante, quienes tuvieron un altercado con los aficionados de plateas, luego que los hidalguenses se burlaron de los aficionados locales al conseguir el 2-1.
Posteriormente, los aficionados regresaron la cortesía en el gol del empate. La intervención de los elementos de seguridad impidió que pasara a mayores.
Todavía Oswaldo Sánchez se dio el lujo de realizar dos paradones de lujo, en jugadas donde ya se celebraba el gol por los visitantes, lo que acrecentó el ánimo entre el público, que se olvidó de los abucheos a Paco Torres y Johnnie García, que entraron de relevo y cumplieron.
