Rápido corre el tiempo. Pasado mañana se celebrará ya la séptima edición de la carrera 10k Victoria, justa atlética que es componente de muchos preciosos distintivos de La Laguna en su cariz deportivo, y que justo con el maratón Lala de marzo, constituyen las dos organizaciones de participación popular en donde los comunes podemos participar en estos eventos de gran categoría. El maratón es por supuesto pionero, pero no es tan fácil lograr grandes aforos, ya que hay que recorrer 42.195 kilómetros, lo cual no es tan fácil. La Victoria, por ser de diez, es más accesible, además de la gran fiesta que allí se arma.
El Santos Laguna, los Vaqueros -aunque mucho menos ganadores que los primeros- los 4 campos de Golf existentes, por supuesto el maratón Lala, que tiene más de dos décadas de existencia, con la cultura popular de la práctica de correr que generó y que motiva que al año sucedan decenas de carreras de distintas distancias; entre otro muchos.
La Diez K Victoria es la secuela de una carrera que ya se hacía de nombre Casolco, que recorría la misma longitud de 10 kilómetros. A los años, Grupo Modelo patrocinaba esa añeja carrera, y con el tiempo y circunstancias, el final de manera quizá indirecta la terminaba la propia cervecera organizándola de punta a punta, por lo complejo que resulta el poder llevar a cabo con responsabilidad un marcha por las calles de la ciudad donde centenares de personas circulan por los arroyos vehiculares con el riesgo que implica.
Ya alrededor de una década, Grupo Modelo dimensionó uno de sus productos a una proyección mucho mayor, precisamente la cerveza Victoria. Especulando, el departamento de mercadotecnia local de la prestigiada compañía cervecera, pensó que tomar el control de la carrera Casolco y transformarla en el gran evento para aprovechar y grabar en la mente de los laguneros el nombre de la cerveza Victoria, entonces nació la 10 K Victoria.
En el año 2003, cuando se anunció la realización de la carrera con meses de antelación, el departamento de mercadeo que liberaba José Pérez Gavilán y en el que con mucho ahínco colaboraba Ernesto Oviedo, era un hervidero con las cientos de tareas que tenían que hacer en muchos aspectos para que todo resultara un éxito como lo ha sido. Ataviados, el tema en sus escritorios y en las visitas a campo, además de la chamba común, el asunto de la organización para poner a correr a miles de laguneros de una manera ordenada y divertida era una gran responsabiliada para todos los invulucrados de la empresa auspiciante.
Cuatro mil corredores tomaron la salida ya en aquel distante 2003. La cosa había empezado con enorme éxito y la mesa quedaba puesta para repetirse al año siguiente. Para el 2004 se amplió el cupo a cinco mil corredores, y nuevamente el evento fue estupendo. Nuevamente para el 2005 se amplío a otros mil el cupo de la carrera, con lo que se llegaba a seis mil, y con semanas antes era difícil conseguir inscripciones, porque volaban. En la edición del 2006 nuevamente se permitió que otro millar se incorporara y se llegó a la cifra de siete mil participantes, lo cual es muy notorio en el ámbito nacional, ya que esta carrera cuenta con uno de los más grandes aforos en todo México, y La Laguna con su zona conurbada y vecinos muy próximos, no es precisamente uno de los sitios más poblados del país, por ello lo meritorio en lo que se ha convertido la fiesta atlética que se está celebrando en cada octubre.
De Lerdo a Torreón es el trayecto a vencer. El río de gente que toma la salida es impresionante, de los primeros que salen a los últimos fácilmente pueden transcurrir cerca de diez minutos, para dar un orden de magnitud. Existen grupos de animación y musicales que le dan un sentido netamente festivo a todo, y la llegada al bosque Venustiano Carranza es el culmen de lo que sin duda es un hecho anual que muchas familias de esta tierra y visitantes viven y disfrutan. Por ello valga la pena un reconocimiento a todos los que hacen posible que siete mil entusiastas corran por las tres ciudades de La Laguna, engrandeciendo el espíritu lagunero, que tanta falta hace estos días.