De acuerdo con versiones de asistentes a un brindis navideño ofrecido por el presidente Felipe Calderón a legisladores panistas, éste exclamaría de pronto, al estupor de los presentes, que lo mejor de 2009 es que está por terminar.
Se diría que el Ejecutivo pintó de un solo brochazo la frustración de su Gobierno al que se le salió de las manos la crisis, al punto de llevar al país a un escenario peor al de 1995, ubicado como el infierno en la historia económica moderna del país.
Las cifras están en la mesa. De acuerdo con el Indicador Global de Actividad Económica (IGAE), hasta el tercer trimestre del año que se va el país presentaba una contracción de 8.3%, en tanto en el mismo lapso de 1995 ésta alcanzaba 6.1%.
Más allá, en el mismo periodo se registró una caída en el sector industrial de 9.3%, frente a 8.8% de 1995... que en su momento convocó al escándalo.
Y si le seguimos, entre los meses de enero y septiembre de este año el sector servicios registró un descenso de 8.3%, frente a 5.3% que llevaba en el propio lapso de 1995.
Lo dramático del asunto, naturalmente, es que la actividad tiene una vinculación directa con el mercado interno, lo que da una idea del tamaño del deterioro en los indicadores de bienestar de la población.
Hasta hace tres años se ubicaban los servicios como la actividad más dinámica del país.
Más aún, el sector comercio, integrado a un mercado interno de 107 millones de consumidores, se contrajo 18.1% y 9.6% respecto a 2008 y a 2006, lo que refleja nítidamente una caída generalizada de la actividad económica.
¡Agárrese el que pueda!
De acuerdo con un documento elaborado por el Centro de Investigación en Economía y Negocios del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, el escenario explica el aumento generalizado del desempleo y, como consecuencia, de la pobreza, a la que se incorporaron 11 millones de mexicanos adicionales en sólo dos años.
"Ante ello, no es de extrañar que la expectativa de consumidores y productores se haya deteriorado hasta niveles no observados previamente, imponiendo con ello una restricción a la inversión y propiciando que la capacidad industrial del país se esté subutilizando, ya sea por la quiebra de las empresas o su cierre parcial.
"Los números parecen darle la razón a los premios Nobel que criticaron la estrategia de políticas económicas aplicadas durante la crisis.
Más aún, la evidencia pone en tela de juicio la pertinencia de aumentar impuestos para aliviar la situación económica de un Gobierno poco eficiente, ello a costa de frenar el aparato productivo e incrementar la inflación".
De acuerdo con la instancia académica, comparando el 2006 con el tercer trimestre del año actual, se registra una pérdida de empleos de 1.1 millones de personas. En paralelo, 970 mil han pasado a la informalidad, es decir en la práctica el presidente del empleo apuntó exactamente al blanco opuesto.
Más allá, 1.4 millones de empleados vieron perder prestaciones laborales, adicionales a los servicios de salud, en paralelo a 13.2 millones de personas que laboran sin contrato escrito, es decir sin certeza alguna de permanencia. Y si le seguimos, los incrementos salariales en términos reales reflejan una marcada pérdida del poder adquisitivo de quienes aún mantienen su empleo.
Lo peor del caso es que a juicio del Tec "no existe una iniciativa oficial bajo la cual se pueda estimar que en el corto plazo habría una solución frente a una complicación mucho más grave que la acontecida durante la crisis de 1995. La negación de problemas y el vaso medio vacío no sirven para solventar las necesidades de un país que cuenta con recursos naturales y gente preparada, pero que adolece de una estrategia económica y social bien estructurada".
Desde otro ángulo, el sector externo, palanca en que se apoyó el país para salir de la crisis en 1995, tampoco tuvo su mejor año. Hasta septiembre pasado las exportaciones habían caído 26.9%, lo que las llevó a un nivel inferior al de 2006.
En los nueve meses transcurridos el déficit de la balanza comercial llegaba a 4 mil 233 millones de dólares, principalmente por la competencia de China, país que mantuvo su agresiva política pese a la recesión.
En el renglón de turismo, en el mismo lapso se acumularon 13 meses de caídas consecutivas, siendo la más dramática la de mayo pasado en que, al fragor del show realizado por las autoridades de cara a la epidemia de influenza, se cayó 56%.La pérdida acumulada de ingresos en la materia podría llegar a mil 400 millones de dólares, en relación con la de 2008. Y hasta septiembre habían llegado sólo 9 mil 706 millones de dólares de inversión extranjera directa... frente a los 63 mil 800 captados por China.
Otro año perdido.
En un sorpresivo giro, la Procuraduría General de Justicia del DF acaba de revivir, tras dos intentos fallidos, una denuncia por fraude planteada contra la firma por un ex ejecutivo de Coca-Cola, Ángel Alvarado Agüero, quien reclama el pago incompleto de los recursos a que tenía derecho por concepto de reparto de utilidades.
El querellante laboró 14 años para la compañía, resultando que su contrato lo había facturado una empresa outsourcing creada por la propia firma refresquera.
La querella había sido desestimada en dos ocasiones por el Ministerio Público, concluyendo con el no ejercicio la acción penal.
La primera vez, empero, la inconformidad apuntó a que no se había llamado a los directivos de la compañía en el banquillo a declarar.
La segunda, convocado en el máximo sigilo al ex presidente de ésta en México, James Quincey, se dieron por buenos sus argumentos sin confrontarlos con los del denunciante.
El expediente, mantenido el dedo en el renglón del querellante, pasó a otra mesa, quien lo reabrió con nuevos elementos que apuntarían a supuestas cuestiones fiscales.
El problema para Coca-Cola es que se volvería a exigir la declaración del ex presidente de la firma en México, quien reside en Inglaterra, ahora como presidente de la Unidad Europea del Norte de Coca-Cola.
El escándalo, pues, sigue latente.
ESCANDALAZO
Desatada la gritería por parte del grupo que simpatiza con Noé Paredes Meza sobre una catarata de irregularidades en el proceso en que se eligió a Juan Carlos Muñoz como presidente de la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga, el desenlace lo darán los tribunales.
De entrada, hay una demanda penal contra el ex presidente del organismo, Jorge Cárdenas Romo, por supuesta falsificación de documentos.
Más allá, existe una querella administrativa contra la Secretaría de Economía por no sancionar el proceso como lo demanda la ley.