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Otro de Santaclós

Empresa

Alberto Barranco

Imbuido de lleno el espíritu navideño en el país, esta semana las Comisiones Unidas del Senado iniciarán la discusión sobre una propuesta de reforma a la Ley de Inversiones Extranjeras, cuya aprobación armaría un colosal paquete para el trineo de Santaclós.

El regalito tendría como receptoras a las empresas extranjeras de telefonía fija, a las que se les abriría la posibilidad de invertir al ciento por ciento en México.

Actualmente la alternativa se constriñe a una porción minoritaria de 49%, lo que en su momento obligó a la firma estadounidense MCI a aliarse con Banamex para constituir la firma Avantel, en tanto que la poderosa ATT hacía lo propio con Bancomer y el grupo Alfa, para integrar a su vez a Alestra. Una y otra no pudieron con la competencia de Teléfonos de México, promoviendo en el camino controversias internacionales ante la Organización Mundial de Comercio (OMC), acusando al Gobierno de solapar las prácticas de bloqueo por parte de la firma de Carlos Slim Helú, terminando la primera por venderse y la segunda por navegar en la mediocridad.

De acuerdo con la lógica del promotor de la iniciativa, el senador panista Marko Cortés, bajo el nuevo esquema se promovería una competencia más equilibrada.

La exposición de motivos habla de incongruencias entre mantener una apertura total en materia de telefonía móvil y cerrarla en el caso de la fija.

El problema es que hasta hoy, por lo menos en el caso de Estados Unidos, no existe la posibilidad de reciprocidad, es decir, nuestra carta estelar, Telmex, no tiene acceso al tú por tú con las firmas del país del Norte.

Estaríamos hablando, pues, de otra acción unilateral del país: apertura sin recompensa. De hecho, en un primer intento, hace dos años, de permitir la posibilidad de capital mayoritario extranjero en telefonía fija, se planteaba la exigencia del dando y dando.

Textualmente, la iniciativa planteada por los entonces diputados Mauricio Ortiz Proal, José Luis Aguilar Ríos, Miguel Ángel Godínez y Víctor Manuel Palma César, todos ellos priistas, por más que siempre se sospechó que la mano que mecía la cuna era la del entonces secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, hoy presidente de la Telefónica México, planteaba justo como condición indispensable la reciprocidad.

A la letra, la propuesta de modificación a la fracción IX del Artículo séptimo de la Ley de Inversiones Extranjeras hablaba de dejarle a la Comisión respectiva la responsabilidad de ampliar el tope de 49%, "siempre y cuando a juicio de ésta prevalezcan en el país de origen de la inversión extranjera condiciones similares de apertura para la inversión nacional en telecomunicaciones". La previsión, empero, fue objetada por la Comisión Federal de Competencia (CFC), aduciendo que "ello limitaría los beneficios de garantizar el acceso a mercados internacionales de capital y, por tanto, dificultaría el logro de los objetivos planteados por la iniciativa, es decir, generar competitividad, incrementar el acceso de telefonía fija, impulsar el desarrollo tecnológico y reducir las tarifas para beneficiar a los usuarios".

Más aún, la dependencia encabezada por Eduardo Pérez Motta consideraba que la exigencia no era congruente con la apertura total en telefonía móvil o celular.

Lo dramático del asunto es que a juicio de la CFC los beneficios que acarrearía la exigencia de reciprocidad serían reducidos.

Quizá por ello la nueva propuesta colocada hoy en la ventanilla del Senado, donde la primera minoría tiene los colores panistas, ya no incluye la condicionante.

Por lo pronto, de darse un trámite expedito a la iniciativa se multiplicaría el número de aspirantes a la concesión de la red de fibra óptica de la Comisión Federal de Electricidad, en la mira de desterrar la dependencia en materia de interconexión con Teléfonos de México. De acuerdo con un estudio realizado por la Subsecretaría de Comunicaciones en la época de Purificación Carpinteyro, la red nacional de la CFE tiene mayor alcance y perspectiva a la de Telmex, por más que a ésta le ha costado 15 mil millones de dólares.

Naturalmente el primer beneficiado sería la Telefónica México, que entraría de lleno no sólo a la telefonía fija, sino al triple play (voz, datos, video), en alianza con Televisa, aprovechando la pequeña firma que mantiene en el ramo, aparentemente a contrapelo de la Ley actual, es decir con más inversión externa de la permitida.

La señal, en la carambola, hablaría de que va en serio la lucha contra los monopolios en el país, por más que en la visión oficial éstos se agoten en la firma estelar del magnate Carlos Slim.En el paréntesis, Santaclós le está reforzando la suspensión al trineo, en espera del regalote.

Hace unos días la sorpresa llegó al pleno de la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) al plantear su presidente, Héctor Osuna, una propuesta para cancelar concesiones otorgadas a diversas empresas en materia de uso integral del espectro radioelectrónico, aduciendo que no estaban siendo aprovechadas. Para qué las quieren si no las usan, pues. La posibilidad, el golpazo, lo atajó la mayoría de los integrantes, quienes votaron en contra, aduciendo que no había solidez en los argumentos.

Las entrelíneas, sin embargo, hablan de que la frustrada maniobra apuntaba a favorecer a la empresa consentida del funcionario de filiación panista, es decir, Televisa. Las versiones hablan de que quien empujó la posibilidad del ex senador al frente del organismo fue el vicepresidente de la firma, Bernardo Gómez.

¿Se acuerda usted de que, en su época de secretario de Comunicaciones y Transportes, Luis Téllez se lamentaba que la Cofetel estuviera secuestrada por intereses mercantiles?

 JAQUE A COCA-COLA

¿Se acuerda usted del compromiso que asumió FEMSA, la principal fabricante de Coca-Cola en el país a la compra de Jugos del Valle de no reincidir en prácticas de desplazamiento de la competencia, tras la sanción impuesta por la Comisión Federal de Competencia a las embotelladoras del producto? Bien, pues de acuerdo con Ajemex, la firma que produce la marca Big Cola, la firma no ha cumplido con el acuerdo pactado ante la Comisión Federal de Competencia, cuyas principales líneas se hicieron públicas.

Naturalmente, tampoco el resto de las embotelladoras lo ha hecho, en un escenario en que siguen litigando en los tribunales por anular las multas impuestas por la instancia en combate a las prácticas monopólicas.

La firma peruana ya abrió un nuevo expediente por reincidencia. El eje de la denuncia habla de amenazas de desabasto y cancelación de "promociones", es decir, refrigeradores, toldos, pagos de luz... a los negocios mercantiles que vendan la marca de la competencia.

 PRESEA A PROTEGO

Por segunda ocasión en cinco años la revista LatinFinance eligió a Protego/Evencore Partners como el mejor banco de inversión boutique en México. La publicación exalta lo que califica como la capacidad de la firma para aumentar su cuota de mercado en tiempos complejos para las economías mundial y local.

La banca de inversión boutique responde a un esquema integral de financiamiento y asesoría. La intermediaria la encabeza Pedro Aspe Armella.

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