DESPEDIDA
Ya se asoma la nostalgia,
ya aparece la tristeza
ya me huele la orfandad,
ya me puede que esté cerca
el paso a la eternidad.
¿Qué tengo? ¡Pobre de mí!
¿Querer vivir el ayer?
Sólo tengo, sin querer,
amores que ayer viví
y el vacío de no tener.
Si en algo ya te he ofendido
espero que me perdones;
ha habido muchos bemoles
que de ti yo he aprendido
que no se irán al olvido.
¿Qué te costaba, mi reina,
acostarte a descansar?
Pues es cosa bien sabida
que Él viene por ti enseguida,
para invitarte a soñar.
Y si pienso en olvidarte
esto no pudiera ser,
pues me gozo al recordarte
y no te quiero perder,
llevándote como estigma
en la entraña de mi ser.
Del libro:
En el Alarido de lo Inmarcesible.