Bendice los Santos Óleos. El Papa Benedicto XVI sopla dentro de un ánfora que contiene Santos Óleos durante la Misa Crismal.
CIUDAD DEL VATICANO.- Benedicto XVI ofició la Misa Crismal, en la que bendijo los Santos Óleos y en cuya homilía advirtió contra la visión que el filósofo alemán Friedrich Nietzsche tenía de la libertad absoluta del hombre, que, según él, "lleva a la soberbia destructiva y a la violencia".
La Misa Crismal marca el comienzo del Triduo Pascual, centro y culmen del Año Litúrgico y se celebra el Jueves Santo, día en que se conmemora la institución del sacramento del orden sacerdotal por Jesucristo durante la Última Cena, según la tradición cristiana.
Así, durante el rito, en la basílica de San Pedro del Vaticano, los sacerdotes renovaron las promesas sacerdotales (pobreza, castidad y obediencia) y Benedicto XVI destacó en su homilía lo que significa ser sacerdote y sus obligaciones.
Según el Papa, entregarse a Dios significa representar a los otros, un modo de unificación con Cristo y la renuncia a imponer la voluntad propia. El Obispo de Roma agregó que el sacerdocio no supone una "segregación" y que los sacerdotes deben saber decir "no" a las opiniones en las que predomine la mentira.
Hoy Viernes Santo, el Obispo de Roma bajará a la basílica de San Pedro para presidir, la celebración de la Pasión del Señor y por la noche acudirá al Coliseo de Roma, en el centro de la Ciudad Eterna, para presidir el tradicional Vía Crucis.
En la noche del Sábado Santo celebrará en la basílica de San Pedro la Vigilia Pascual, la noche en la que la Iglesia permanece a la espera de la Resurrección del Señor. El domingo presidirá en la plaza de San Pedro la Misa de Resurrección, tras la que pronunciará el tradicional Mensaje Pascual e impartirá la bendición "Urbi et Orbi", a la ciudad de Roma y a todo el mundo.