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Parálisis en GP y Lerdo

Periférico

ARTURO GONZÁLEZ GONZÁLEZ

Desde hace meses, la Laguna de Durango sufre una parálisis en cuanto a obra de infraestructura se refiere. Prácticamente todos los proyectos anunciados o iniciados en Gómez Palacio y Lerdo durante 2007 y 2008 presentan hoy problemas para llevar a cabo su ejecución o su terminación. Pese a esta lamentable situación, en su propaganda los tres niveles de gobierno, sobre todo el del Estado, continúan haciendo alarde de sus “grandes esfuerzos”. Mientras tanto, los ciudadanos de a pie sufren las consecuencias de los errores de cálculo, la mala planeación y la ineficiencia de sus autoridades.

Una de las obras que más problemas ha causado a los gomezpalatinos y lerdenses es la del periférico o bulevar Ejército Mexicano. Los trabajos en esta importante vialidad comenzaron en octubre de 2007 y es fecha que no han podido ser terminados. Peor aún, los tramos que las autoridades aseguran ya fueron concluidos, presentan “detalles” como la falta de señalamientos, alumbrado, puentes peatonales y retornos. Estas carencias han propiciado innumerables accidentes, no pocos de ellos con consecuencias fatales. La Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas del Estado (Secope) dice que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) se hará cargo de los pendientes de la obra, pero aún se ignora cuándo. Por lo pronto, más de 250 millones de pesos han sido invertidos sin obtener los resultados esperados.

Otros proyectos que fueron anunciados con gran pompa y presumidos hasta el cansancio por el gobernador Ismael Hernández y el ex alcalde de Gómez Palacio, Ricardo Rebollo, hoy diputado federal, son los pasos a desnivel D1, D2, D3 y D4. El primero, ubicado sobre el bulevar Miguel Alemán, a la altura del teatro Alberto M. Alvarado, empezó a construirse en diciembre de 2007 con un presupuesto de 40 millones de pesos, pero a mediados de 2008 la Secope decidió extender el desnivel, para lo cual se anunció la inversión de otros 40 millones. En 2009, la SCT anunció que la obra de ampliación tenía que ser licitada otra vez, lo cual no ha ocurrido y los trabajos llevan más de dos meses suspendidos.

Respecto a los tres proyectos restantes, uno ya fue cancelado, el D4 de la calle Zaragoza, no obstante que ya estaba licitado y adjudicado e, incluso, ya se había iniciado con las obras complementarias, por las que se gastaron 700 mil pesos. Sobre los pasos D2 del Sacramento y D3 de la calle Escobedo no se tiene aún fecha de arranque, aunque del primero ya fue colocada la primera piedra, y para ambos depositados en cuentas del Gobierno de Estado los 17.5 millones de pesos que le corresponde aportar a la SCT.

En Lerdo, la falta de recursos tiene detenida la construcción del paso a desnivel elevado del periférico y la avenida Allende, el cual, aunque apenas está al 60 por ciento, ya fue bautizado como “Luis Donaldo Colosio”. Las labores, en las que se invierten 20 millones de pesos, están paradas desde mayo y como en los casos anteriores, no se sabe cuándo serán reanudadas. Mientras tanto los automovilistas ponen en riesgo su integridad física al circular por el sector debido a la falta de señalamientos y a las condiciones de inseguridad propias de este tipo de obras.

Como proyectos anunciados y hasta ahora no iniciados destaca la repavimentación total de las calles del Parque Industrial Lagunero y la modernización de las carreteras rurales de ambos municipios. Respecto al primero, desde 2007 se viene prometiendo una inversión de 90 millones de pesos, de los que sólo 15 millones están “seguros” para arreglar -quién sabe cuándo- la calzada Lázaro Cárdenas. Acerca de los deteriorados caminos vecinales que comunican a poblados y propiedades importantes por su aportación productiva en el sector primario de la economía regional, el Gobierno de Ismael Hernández se comprometió en 2008 a rehabilitar varios ramales de vías estatales en la comarca, pero la realidad es que algunas obras han sido abandonadas y otras ni siquiera han comenzado.

Por último, la que se presentó el año pasado como la gran obra de infraestructura urbana para Gómez Palacio, el parque La Esperanza, en terrenos de la antigua jabonera, se encuentra estancada en su fase inicial. Luego de un año que se resolvió el conflicto laboral, ni siquiera han sido pagados los 20 millones de pesos que cuesta el predio, por lo que éste todavía no es propiedad del Gobierno. Además, no hay recursos suficientes para arrancar la primera etapa del proyecto.

De pronto, como vemos, todo se detuvo en Gómez Palacio y Lerdo. Las autoridades, que antes se peleaban por colgarse la medalla de esta o aquella obra proyectada, hoy se zafan de responsabilidades y nada quieren saber de los planes fallidos y abandonados. Y en medio de la parálisis y el desentendimiento, los ciudadanos, como siempre, las llevan todas de perder, sufriendo las molestias de los trabajos “tirados” y rabiando por no ver en hechos concretos el -ése sí- constante pago de sus impuestos. ¿Hasta cuándo? Es la pregunta que hoy se oye al otro lado del Nazas.

argonzalez@elsiglodetorreon.com.mx

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