Protesta. Manifestantes gritan consignas y portan pancartas de protesta durante una manifestación contra el Gobierno francés en París, Francia.
Los servicios del Metro, autobuses y tranvías en Francia fueron ayer perturbados debido a la huelga nacional convocada en defensa del poder adquisitivo, el empleo, las garantías laborales y los servicios públicos.
Obreros del sector público y privado se unieron en la protesta, exigiendo aumentos de salarios, una mayor protección de sus empleos y esfuerzos más intensos del Gobierno para estimular la economía.
Manifestantes en París desafiaron las gélidas temperaturas y fueron a sus trabajos en bicicleta, o caminaron, o inclusive se dirigieron en lanchas, pues la huelga paralizó buena parte de los servicios ferroviarios.
Pero una Ley de 2007 exige un mínimo servicio de transportes inclusive durante huelgas. Y eso hizo que algunos servicios de autobuses, subterráneos y trenes suburbanos funcionaran, abarrotados de pasajeros. Las demoras fueron considerables.
Algunas escuelas cerraron sus puertas, al igual que los bancos. Tampoco hubo servicio postal. Miles de maestros y empleados de correo- alrededor de un 25 por ciento de la fuerza total del país- participaron en la huelga.
Algunos trabajadores de fábricas afectadas por los despidos también se unieron a la huelga. Y los hospitales se quedaron sin personal, excepto el de emergencia.
Ocho sindicatos nacionales se unieron para respaldar la huelga, una medida de fuerza bastante inusual.
Bernard Thibault, líder de la influyente Central General de Trabajadores, dijo que era imposible que Sarkozy siguiera diciendo: “no he visto nada, no he oído nada, no tengo nada qué decir’’.
Más de un diez por ciento de los vuelos en el aeropuerto Charles de Gaulle fueron cancelados, y una tercera parte en el aeropuerto de Orly, más pequeños. La mayoría de los vuelos partió con demoras.
Entre tanto, los últimos sondeos de opinión le otorgan a Sarkozy una caída de un punto en su popularidad, mientras que el primer ministro, pierde tres. El presidente recibirá a los dirigentes sindicales a finales de febrero próximo.
‘Todos juntos’
El lujo y el glamour de las pasarelas de la alta costura parisina que brillaban hasta el miércoles durante la “fashion week” Primavera-Verano 2009, cedían sus reflectores a otros desfiles menos glamorosos... Más de un millón de franceses se organizaba este “jueves negro” en cerca de 200 cortejos que recorrían las calles de París y las principales ciudades en provincia para denunciar la precarización del empleo y la pérdida del poder adquisitivo en tiempos de recesión económica mundial.
Escuelas casi vacías, vuelos anulados, Metro y tren perturbados, funciones de teatro canceladas, ausencia de trabajadores en el sector privado. Miles se sumaban al llamado de los ocho sindicatos con mayor fuerza en este país, que entrelazaban sus manos para salir en bloque a la calle y encabezar una huelga general que la televisión privada transmitía por momentos en directo.
“Todos juntos”, una consigna que pudiera equipararse al “Pueblo unido jamás será vencido” de los mexicanos, era relevado por el de “Sueño general”, un juego de palabras de “Grève généraley Rêve general”, que en español significaría “Huelga general y Sueño general”. Con parcartas, altavoces, los trabajadores del sector público y privado le exigían al Gobierno de Nicolas Sarkozy la defensa del empleo, denunciaban la caída de poder adquisitivo, pedían el fortalecimiento de los salarios, la protección social y de servicios públicos ante los efectos de la recesión económica mundial que sacude los bolsillos de los franceses. Ésta sería, según los sindicatos, una de las huelgas con una marcada fuerza social de los últimos años. (Por Socorro Ruelas)