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Paredes, Morelos y los Sentimientos de la Nación

Yo, ciudadano

RAFAEL ÁLVAREZ CORDERO

El escenario lo conozco bien; ahí tuve mi consultorio y en el jardín daba clases al aire libre a mis alumnos ("como Hipócrates") cuando la Universidad estaba en huelga; es la Plaza Morelos de Morelia, en la que Beatriz Paredes pronunció su discurso el 30 de septiembre pasado; ese discurso merece revisarse a fondo, tristemente los reporteros y los noticieros recogen sólo dos o tres frases que a veces sacan de contexto lo que el orador dijo; en este caso, la presidenta del PRI habló de Morelos, -el único que tuvo una idea real de lo que México necesitaba; Hidalgo quería la monarquía, Allende simplemente la liberación, Morelos pensó en el futuro- y se refirió a Los Sentimientos de la Nación.

Con precisión se refirió a los 23 "sentimientos" plasmados por Morelos en Apatzingán el 22 de octubre de 1814, y después de elogiar la armonía del prócer en su palabra, su sentimiento, sus acciones y su vida misma, dijo "En México no puede haber ningún ser humano por encima de la ley, tenga el cargo público que tenga o pretenda tener el poder fáctico que sea".

Suena bien, muy bien, eso de "nadie por encima de la ley".

Y me quedé pensando: tenemos un gobernador pederasta, que en una grabación evidencia todas sus desviaciones sexuales, y no pasa nada; ¿nadie por encima de la ley?

Tenemos otro gobernador que regala dinero de la nación para construir una iglesia, y borracho se jacta de ello, y no pasa nada; ¿nadie por encima de la ley?

Tenemos gobernadores y presidentes municipales que usan los dineros del pueblo para aviones, viajes, casas, haciendas y no pasa nada; ¿nadie por encima de la ley?

Tenemos ministros de la Suprema Corte y funcionarios del IFE que, en contra de las leyes se aumentan el sueldo por encima del presidente, y no pasa nada; tenemos jueces venales que liberan delincuentes y ministerios públicos que "equivocan" intencionalmente sus averiguaciones para que los delincuentes salgan libres y no pasa nada, ¿nadie por encima de la ley?

Tenemos líderes sindicales que ganan 14 mil pesos y tienen casas, departamentos, autos, joyas y yates como Cresos, no rinden cuentas y no pasa nada; ¿nadie por encima de la ley?

Y tenemos decenas de construcciones de 6, 8 o más pisos sin estudios de impacto ambiental que violan todas las leyes y siguen construyéndose; ¿nadie por encima de la ley?

Y tenemos a un individuo que mandó al diablo a las instituciones, que violó la ley apostando a un partido distinto al suyo, que violó la ley impidiendo que quien ganó en Iztapalapa sea delegado, y ni el IFE, ni el TEDF, ni el TEPJF dicen nada, ¿nadie por encima de la ley?

Todos esos mexicanos, y muchos más, están por encima de la ley, la violan, la ignoran y se burlan impunemente de ella. Beatriz Paredes puede decir su hermoso discurso, mientras Morelos, el Siervo de la Nación, se revuelve en su tumba al ver que, 200 años después, sus Sentimientos de la Nación son letra muerta.

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