Sin dejar de comentar el resultado electoral del domingo pasado en Torreón, donde el PRI logró una clara y sólida victoria, y señalando que es de reconocer el tesón de Eduardo Olmos para llegar a donde se propuso bajo las reglas materiales de su partido, hoy los nubarrones están frente a él para su próxima gestión de alcalde.
Las condiciones que le tocará lidiar son mucho más adversas de las que recibió el presidente municipal actual José Ángel Pérez.
El primero de enero de 2006, Pérez recibió un municipio en paz y una economía nacional que si bien no crecía a gran ritmo, por lo menos contaba con estabilidad. Además el alza en los precios internacionales del petróleo le permitió como a todos los gobiernos en México, contar con presupuestos mayores. La desgracia que vivió esta casi terminada administración fue la descomposición absoluta de la seguridad pública en parte por el crecimiento exponencial de los delitos del crimen organizado, y también, por la torpeza con la que se manejó el tema policial preventivo durante los primeros años del cuatrienio.
Hoy en cambio, Olmos asumirá el cargo con presupuesto reducido al de ejercicios anteriores, amén de la caída de los ingresos generales del Gobierno ya sea vía impuestos o por las ventas de PEMEX, acrecentado todo esto por la profunda crisis mundial que a México ha golpeado con fuerza y con particular dureza a Torreón. El presidente electo en sus declaraciones a EL Siglo apunta que desde el primer día se enfocará a rescatar a la ciudad. Ante el inminente deterioro de los servicios públicos, proclama que una vez acabado de ser envestido en su cargo, dejará de lado traje, zapatos y corbata para irse con todos sus colaboradores con escoba y brocha en mano, a darle una manita de gato a tan vapuleada ciudad. Es una bonita metáfora de lo que ciertamente habrá de enfrentar en los primeros meses y años de su gestión, porque está recibiendo un gran caos.
Los servicios públicos municipales tienen solución como lo señala el próximo edil ciertamente con trabajo honesto y responsable. Sin embargo, Eduardo Olmos tendrá que enfrentar un asunto de suma delicadeza: el problema con Promotora Ambiental Sociedad Anónima (PASA), empresa que tiene concesionado o subrogado el servicio de limpia en Torreón.
Hace 15 años, siendo presidente municipal el licenciado Mariano López Mercado (q.e.p.d.) se otorgó el contrato a PASA por periodo de tres lustros. Tocaba entonces a esta administración resolver si se licitaba el servicio o se le extendía el contrato a la actual prestadora de servicios. Las negociaciones se complicaron y no se tuvo rumbo claro que poder sacar la licitación bajo los ordenamientos legales, motivo por el cual, la compañía regiomontana de limpia acudió a los tribunales a solicitar el amparo de justicia federal para poder prolongar su actividad lucrativa.
El juez de primera instancia ha fallado a favor de la empresa y en contra del Municipio, que nuevamente ha mostrado su cara de incompetencia cuando recurre a los tribunales, recordemos la controversia constitucional que presentó hace años, y la sentencia a darle otros 15 años de contrato a la compañía con las condiciones actuales, que es donde se centra el meollo del asunto.
Con todo y todo, José Ángel Pérez decidió no renovarle en automático la chamba a PASA porque aparentemente tiene condiciones muy favorables para la empresa, en detrimento de los bolsillos de los torreonenses, por ello se pensó en una licitación para ver quién podía ofrecer mejores precios, pero a la hora de los procedimientos legales se actuó mal y PASA ha defendido lo que ellos consideran su derecho.
Los priistas del estado han manifestado que Saltillo tiene un servicio municipalizado más barato que el de Torreón. Lo extraño ahora es que Olmos, que parece con razón, dice que aún quedan las vías del diálogo y negociación para componer el entuerto, no esté hablando de lo mismo.
Lo importante ahora que ya estamos por la inauguración de nuevas autoridades se resuelva el tema de la mejor manera para la ciudadanía, que se pague lo justo. Ahora el contrato anual ronda los cien millones de pesos, y lo que se ofrece en el mercado, y que ciertamente PASA se ajuste a una ganancia normal y no con las condiciones que logró hace ya década y media, o si no, que venga otra compañía que dé un mejor servicio a esta ciudad.
