Apoyo. Roberto y David, acompañados del representante de la Asociación Francesa de Lucha contra la Fibrosis Quística. EL SIGLO DE TORREÓN
Hace 9 meses se montaron en su bicicleta dejando atrás su empleo, su familia y sus amigos. La mirada la tenían puesta en un objetivo: sumar 300 mil dólares para el trasplante de pulmón de su amigo Raúl. Así en pleno verano, Roberto y David salieron de Teopanzolco, Morelos, con rumbo a Machu Pichu, Perú. Se trataba del primer recorrido en bicicleta: 8,500 kilómetros. Ahora entran en la fase final de su trayecto solidario: un triatlón en Zúrich, Suiza.
Raúl es un joven oaxaqueño de 30 años, es el tercero de cuatro hermanos. Cuando tenía cuatro años le detectaron Fibrosis Quística. Entonces, a principios de la década de los 80, la enfermedad era poco conocida. Pero sus padres tuvieron la suerte de encontrarse con otros que como ellos, buscaban atención inmediata a la enfermedad que compartían sus hijos. Así conocieron a Antonio Gutiérrez Cortina, quien fundó en 1982 la Asociación Mexicana de Fibrosis Quística A.C. (AMFQ). Desde entonces Raúl empezó a recibir un tratamiento médico, sin embargo hoy los pronósticos médicos le acortan su periodo de vida si no se le trasplanta un pulmón.
En la actualidad este padecimiento hereditario, crónico e incurable, afecta los pulmones y el sistema digestivo de unos seis mil niños y adultos en México, y a cerca de 70 mil en el mundo. Esta enfermedad es producida por un gen cuyo producto proteico provoca que el organismo produzca un moco inusualmente espeso y pegajoso que bloquea los conductos respiratorios proporcionando un medio ambiente ideal para el desarrollo de infecciones. En el aparato digestivo, el moco frena el flujo de enzimas pancreáticas necesarias para la digestión normal de los alimentos. Ello provoca un mal aprovechamiento de nutrientes y conlleva a una desnutrición progresiva.
A principios de 2005, el doctor de Raúl, José Luis Lezana Fernández, director médico de la AMFQ, diagnosticó que debía ingresar a la lista de espera para trasplante bilateral de pulmones, ya que su capacidad pulmonar había descendido hasta un 20%. El pronóstico de vida para pacientes con estos niveles es de dos a cuatro años debido a que la capacidad pulmonar disminuye en proporción con la edad, sobre todo en pacientes con Fibrosis Quística.
Durante los últimos cuatro años, Raúl ha buscado hospitales y médicos especialistas en trasplantes de pulmón en México, pero no hay registros de éxito en este tipo de cirugías. Esta situación le obligó a buscar una opción en el extranjero. En abril de 2005, la Universidad de San Diego, California (UCSD) aceptó tomar su caso. Respaldado por su especialista y conociendo dos casos de mexicanos que recibieron un trasplante en años anteriores, Raúl está dispuesto a ponerse en manos de los médicos de la UCSD.
Hoy Raúl lucha contra los pronósticos médicos que le reducen sus posibilidades de seguir viviendo si no recibe un trasplante de pulmón, pero a la vez, se enfrenta al reto de recaudar 300 mil dólares para ser atendido en Estados Unidos.
RUTA SOLIDARIA
Hasta hace unos meses, sus amigos Roberto y David, un par treintañeros profesionistas y deportistas, gozaban de un empleo, "una riqueza invaluable sobre todo en estos tiempos de crisis económica, un gesto tal vez para algunos egoísta", dice David. En solidaridad con su amigo Raúl, el 16 de agosto del año pasado decidieron dejarlo todo, trabajo, amigos, familia y así emprendieron la ruta a lo largo del mundo en busca de los 300 mil dólares que se requieren para el trasplante de pulmón.
Así nació Cambiando Pulmones, un proyecto para ayudar no sólo a Raúl, sino para difundir la enfermedad y sumarse a las acciones de la AMFQ. Hasta el martes pasado, estaban de paso por Francia. En su escala por París, Roberto y David organizaron una "soirée" para presentar el caso de Raúl y recaudar fondos. A través de mensajes de texto, mexicanos radicados en la capital francesa se reunieron en un rincón de un bar parisino donde un muro servía para mostrar la ruta de su proyecto solidario. Hasta entonces, contaban con sólo 30 mil dólares.
Respaldados por algunos patrocinadores, estos dos jóvenes mexicanos se han dedicado en los últimos meses a entrenar y participar en eventos deportivos internacionales como preparación al reto final: completar el triatlón Ironman de Zurich 2009, agendado para julio próximo. El desafío: sumar 3.8 kilómetros nadando, 180 kilómetros en bicicleta y 42 kilómetros corriendo; estas tres pruebas deportivas deben realizarlas en menos de 17 horas, al final del año.
En la víspera de Zúrich, David reconoce "nuestra prueba física más dura ha sido recorrer el desierto de Perú con el viento en contra, algo que no esperábamos, pero nuestra prueba real es difundir entre la gente la historia de nuestro amigo, lograr no sólo su trasplante, sino el de muchos otros que están en lista de espera".