Fe. Miles de católicos acudieron a las iglesias a recibir la imposición de la ceniza.
En los pasillos del Mercado Juárez, ya huele a Cuaresma. Sin embargo, la venta de mariscos, pescado y otros platillos tradicionales, no es la esperada por los locatarios.
Y es que la afluencia de comensales fue mínima en comparación con otros inicios de Cuaresma.
Desde hace 12 años, la señora Mayela Ruelas vende las siete cazuelas: pipián, lentejas, garbanzos, tortas de camarón, capirotada, torrejas y los nopales.
Asegura que las ventas han caído hasta en un 80 por ciento, "la economía está por los suelos. Esto está muy solo, incluso hay días que nada más sacamos para pagarle a los empleados".
Mayela espera que las ventas aumenten en los próximos días, "lo malo es que los padres no enseñan a sus hijos a comer este tipo de platillos. Ahora los jóvenes nada más quieren alimentarse con hamburguesas, y eso no está bien, tienen que probar de todo".
ABARROTAN IGLESIAS
En una muestra de fe, miles de católicos acudieron a las iglesias de Torreón a la imposición de ceniza.
Fidel Zapata reconoce que olvidó ayunar en el inicio de Cuaresma, "cada año vengo a la iglesia porque creo que es una oportunidad de acercarnos a Dios y al prójimo".
Por su parte, Antonio Rivas comenta: "esta fecha es para arrepentirnos de nuestros pecados y acercarnos a Dios. Hay que estar bien con Él y con todas las personas".
Juan Francisco Cantúa considera que esta celebración no debe ser motivo para los excesos de comida y de alcohol, comunes en Semana Santa, y hace un llamado a las familias para recuperar el verdadero sentido de la Cuaresma. "Es una fiesta católica que celebramos con mucho gusto. Yo trato de ayunar, de portarme lo mejor que pueda y de acercarme a Dios. Ojalá los jóvenes hagan lo mismo".