"La belleza que atrae rara vez coincide
Con la belleza que enamora."
José Ortega y Gasset
España tiene 7,880 kilómetros de costas; México, 11,122. Pero las playas mexicanas, con su arena en muchos lugares tan fina como el talco, son más atractivas que las rocosas playas españolas.
España tiene su Alhambra y sus ciudades medievales; el Museo del Prado, Velázquez, Picasso y Dalí; también Madrid, Barcelona y Sevilla. México, sin embargo, tiene a Chichén Itzá y Teotihuacan; Guanajuato y Zacatecas; el Museo de Antropología, Rivera, Siqueiros y Frida; y también la Ciudad de México, Guadalajara, Oaxaca y Mérida.
El enorme potencial turístico de España es igualado cuando no superado por el de México. Sin embargo, en 2008, según la Organización Mundial de Turismo, España recibió 57.3 millones visitantes extranjeros y México sólo 22.6 millones.
Parte del problema es la falta de destinos turísticos adecuados, así como las carencias de infraestructura y de cuidado de nuestros tesoros históricos y naturales. A Acapulco la hemos deteriorado durante décadas. Cancún se ha convertido en el principal imán turístico del país, pero errores, como construir grandes torres sobre las dunas de arena, han deteriorado su ecología.
Sólo una parte pequeña de la geografía de México ha sido desarrollada para la actividad turística. Ha faltado el esfuerzo por generar nuevos destinos y mantenerlos. Algunos lugares no tienen conexiones aéreas suficientes. Un aeropuerto puede cambiar de manera radical las perspectivas económicas de una región.
Hoy 5 de noviembre el presidente Felipe Calderón inaugurará de manera formal el nuevo aeropuerto de Puerto Peñasco, Sonora, el cual recibe ahora el nombre de Aeropuerto Internacional de Mar de Cortés. El aeropuerto, cuya primera fase se concluyó en 2007, ha sido construido por una empresa privada, Grupo Vidanta, antes Grupo Mayan, en un momento particularmente difícil para la industria turística.
Los aeropuertos son muy importantes para el desarrollo económico y turístico. China los está construyendo a paso febril. Al finalizar 2006, según el Chinese People's Daily, tenía 147 aeropuertos. Para 2010 proyecta llegar a 192. En 2020 tendrá 244. En México sólo se ha construido el del Mar de Cortés en muchos años.
Lo que ocurre es que en México cada avance económico requiere de un esfuerzo excepcional, especialmente por la falta de un real Estado de Derecho. En febrero de 2008, por ejemplo, un sindicato de la CROC, con el aparente respaldo del gobernador de Baja California Sur, el perredista Narciso Agúndez Montaño, cerró de manera ilegal el Gran Mayan Los Cabos que llevaba apenas tres meses funcionando. El objetivo era quitarle el contrato laboral a otro sindicato, de la CTM. Los huéspedes tuvieron que salir cargando sus maletas, las cuales fueron revisadas meticulosamente por los sindicalistas. Cuando menos un turista fue agredido sin que la Policía interviniera. Si bien el sindicato finalmente abandonó el bloqueo del hotel, Grupo Mayan canceló una inversión de 1,200 millones de dólares en otro terreno de Los Cabos.
La empresa no ha dejado de invertir. Convertida en Grupo Vidanta, ha ampliado sus operaciones en el extranjero. La inversión en Peñasco, una de las zonas con mayor potencial turístico de nuestro país, demuestra que sigue queriendo apostar a México. Pero la cancelación del proyecto de Los Cabos, donde mantiene sin desarrollar el terreno de 1,100 hectáreas que habría alojado un nuevo hotel, es un recordatorio de cómo la falta de respeto a las leyes ahuyenta inversiones y deteriora el potencial turístico de un país.
Declara Miguel Ángel Osorio Chong, gobernador de Hidalgo, que los gobernadores priistas están dispuestos a asumir el costo político por el alza de impuestos. Pues claro. Para eso cambiaron primero la ley electoral en 2007: para asegurar que mantendrían el poder aunque violaran sus promesas de campaña y tomaran medidas impopulares.
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