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Pensar y construir un futuro común

La ciudadanía

GERARDO JIMÉNEZ GONZÁLEZ

El pasado sábado 17 de octubre, reunidos en las instalaciones de CANACINTRA-Gómez Palacio, representantes de diversas instituciones educativas, oficinas de medio ambiente en diferentes niveles de Gobierno, Cámaras empresariales y grupos civiles, dieron un paso más para avanzar en la sinergia que durante los últimos años han establecido diversos actores sociales locales por construir un futuro común para la población de la Región Lagunera: se acordó promover la creación de un Centro de Educación Ambiental o Educación para el Desarrollo Sustentable.

Dicha reunión fue convocada para dar cauce a una iniciativa local que se transmitió al Coordinador Nacional del Centro de Educación para el Desarrollo Sustentable (CECADESU), entidad que tiene su sede en la capital del país adscrita a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales federal (SEMARNAT), a quien se le solicitó el acompañamiento en el proceso de gestión para concretar este importante proyecto que generará beneficios para diversos estratos de la población, en particular a los estudiantes de todos los niveles de escolaridad, desde preprimaria hasta universitarios, pero que también podrá atender de manera transversal a otros segmentos o grupos de la sociedad.

Este centro promoverá la formación de valores, actitudes y habilidades entre la población para que cambie su percepción sobre el entorno que nos rodea, en particular sobre los procesos de deterioro ambiental que suceden en el planeta, el país y en la Región Lagunera. Se trata de un espacio de reflexión, capacitación y entrenamiento que fomente la cultura de respeto y convivencia con la naturaleza, que diseñe acervos o materiales de divulgación sobre el cuidado de los recursos naturales, que contribuya en la educación de la población sobre los procesos ecológicos que suceden en nuestro entorno para modificar nuestros hábitos y costumbres que forman parte de la visión antropocéntrica que nos rige, donde creemos que somos el centro de la vida y por ello erróneamente nos adjudicamos el derecho discrecional de disponer de los organismos y el medio en que vivimos.

Para su funcionamiento deberá coordinarse con el sector educativo formal, de modo tal que sea posible articular proyectos y acciones en los que se involucren niños, jóvenes y docentes, donde particularmente los primeros son un segmento de la población al que debemos apostarle en el cambio de esa visión antropocéntrica, pero también deberá apoyar y apoyarse en los esfuerzos que los municipios vienen realizando para promover entre la población escolar este tipo de educación que en el sector educativo formal aún es considerada tangencialmente, de igual manera podrá ayudar a articular y proyectar los programas de educación ambiental que las ONG's y el Gobierno implementan en las áreas naturales protegidas, pero también para incorporar este tipo de acciones entre los trabajadores y empleados de empresas. Además, debe aprovechar los acervos y el capital académico de las universidades locales, el cual se ha generado producto de la investigación sobre recursos naturales y los problemas socioambientales de la región, los estados y otros lugares del Norte de México.

Tal proyecto ha sido planteado con antelación por diversos actores locales, particularmente por las oficinas de medio ambiente municipales y las ONG's que administran dos de los espacios protegidos de la región, en la Reserva Ecológica Municipal Sierra y Cañón de Jimulco y en el Parque Estatal Cañón de Fernández, ya que éstos constituyen lugares propicios en la medida que son reservorios naturales donde existen ecosistemas en buen estado de conservación que albergan una biodiversidad representativa de la región y ecorregión.

Ahora, con la mediación y apoyo de la Dirección de Ecología de Gómez Palacio, se está gestionando un sitio donde podrá establecerse dicho centro, el cual presenta la ubicación y condiciones adecuadas dentro de la zona metropolitana.

Como mencionamos al inicio de esta exposición, tal acuerdo y las gestiones que se realicen para concretar y operar este proyecto, son parte de un proceso de participación ciudadana que varios organismos civiles, empresariales y educativos, vienen emprendiendo desde la Sociedad Civil en sinergia con organismos oficiales responsables de la protección y equilibrio ecológico; esfuerzo que se suma a otros en los cuales se expresa esa voluntad ciudadana, como la creación de consejos asesores en las áreas naturales protegidas, o de aquellos que se han establecido en apoyo de los municipios o la federación para incidir en la orientación de las políticas públicas hacia el desarrollo sostenible, la Fundación Jimulco, el Proyecto Irritila, el Secretariado Técnico sobre Cambio Climático, entre otros, donde se involucra esa diversidad de actores locales preocupados por pensar y construir un futuro común diferente al presente que vivimos.

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