La eventual restitución del depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, con poderes limitados significaría una 'derrota' para el mandatario venezolano Hugo Chávez, consideró hoy el internacionalista Edmundo González Urrutia.
"Para Chávez, el regreso de Zelaya con poderes limitados y dejando de lado la idea de la Asamblea Constituyente sería una derrota porque significaría que tiene que olvidar la idea de llevar la Revolución (Bolivariana) a Honduras", recalcó el embajador retirado.
González Urrutia dijo que "desde el principio de la crisis, desde que se planteó la salida de Zelaya, eso significó un golpe muy serio para las aspiraciones del presidente Chávez de expandir su revolución por Centroamérica".
El experto, con maestría en Asuntos Internacionales por la American University, advirtió, sin embargo, que para él "lo más importante es que en Honduras se retomó el camino del diálogo, que es el camino que nunca se debió abandonar".
El también catedrático jubilado de la privada Universidad Metropolitana manifestó que la negociación entre las partes realizada esta semana en Honduras para restituir la democracia es "muy positiva" porque busca una salida de consenso.
Las negociaciones, llevadas adelante por la Organización de Estados Americanos (OEA), buscan poner fin a la crisis iniciada el 28 de junio, cuando un golpe de Estado apoyado por el Congreso y la Corte Suprema de Honduras depuso al presidente Zelaya.
González Urrutia lamentó el papel de la OEA y su secretario general, José Miguel Insulza, quien "desde un primer momento intentó imponer una solución alejada de la realidad", en referencia a la exigencia de retorno incondicional de Zelaya.
El internacionalista agregó que "la clave de la crisis es el reconocimiento de la salida electoral y las nuevas autoridades", en referencia a los comicios presidenciales convocados para noviembre próximo en el país centroamericano.
Resaltó por ello la importancia del proceso de diálogo que se inició esta semana en Honduras, lo que permitiría una eventual salida consensuada a la crisis institucional y aleja la posible imposición de una de las partes.
"Esta salida del diálogo es definitivamente positiva porque gana la negociación entre las partes y el proceso democrático, en vez de una solución impuesta por uno de los bandos", sentenció González Urrutia.