General de División don Antonio López de Santa Anna. Su Alteza Serenísima. Noveno Presidente de la República Mexicana, que estuvo once veces en el poder.
RUMBO AL BICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA DE MÉXICO Y CENTENARIO DE LA REVOLUCIÓN
Datos del Tomo II, Libro 14 de mi obra inédita: "La Independencia y los Presidentes de México", relativos al General de División don Antonio López de Santa Anna, Noveno Presidente de México por once ocasiones, siendo la primera del 16 de mayo al dos de junio de 1833, y la última, del 30 de abril de 1853 al 14 de agosto de 1855, durando en el poder un total de seis años.
Nació en Jalapa, Ver., el día 21 de febrero de 1794, siendo su nombre correcto, según su acta de nacimiento que obra en mi poder, el de Antonio de Padua María Severino López Pérez, hijo legítimo del Lic. don Antonio López Santa Anna y de su esposa doña Manuela Pérez Lebrón, abuelos paternos don Antonio López Santa Anna y doña Rosa Pérez de Acal y Maternos, don Antonio Pérez Lebrón y doña Isabel Cortez. Como puede verse, el presidente usó los dos apellidos de su padre y su abuelo paterno, sin usar el materno Pérez.
Santa Anna participó en los siguientes actos: proclamación de la República; Plan de Veracruz; Plan de Casa Mata, Plan de San Luis Potosí; y muchos más durante su vida activísima, controvertida, criticado y alabada. Unos lo tildan de traidor, y otros de patriota, pero pocos conocen su verdadera vida de valiente y defensor de la patria. Era un hombre que en aquellas épocas aciagas tenía la capacidad de formar un ejército de veinte mil hombres en un mes.
Su primer matrimonio en 1825 con María de la Paz García, con la que procreó a María Guadalupe, Manuel, María del Carmen y Antonio.
Fue vicegobernador de Veracruz; vencedor de Barradas en Tampico; sus descansos generalmente los hacía en su Hacienda de Clavo, Ver. El Estado de Guanajuato le regaló una bellísima espada. Participó en el Plan de la Escalada; hizo campaña militar en Zacatecas. Fue presidente de México en 1833; declarado benemérito de la patria por el Congreso, el dos de mayo de 1835. Hizo la campaña de Texas en 1836 y cayó prisionero de las fuerzas norteamericanas. Participó en la Guerra de los Pasteles contra los franceses y con un cañonazo le mataron su caballo y le destrozaron la pierna izquierda. Participó además en el Plan de Tacubaya; en el Convenio de la Estanzuela y muchos actos más.
Su nuevo matrimonio: el tres de octubre de 1844, ya viudo, contrajo matrimonio con doña Dolores Tosta, elegantísima, y se sirvió un gran banquete de bodas en Palacio Nacional.
Participó en la Guerra contra los Estados Unidos de 1848, cuando se perdió el territorio de Texas, Alta California de lo que muchos historiadores culpan a Santa Anna, pero la verdad es que los tratados de Guadalupe Hidalgo del dos de febrero de 1848, los firmó el presidente provisional Lic. don Manuel de la Peña y Peña y Santa Anna estaba en el destierro. El General don Gualberto Amaya, de Chihuahua, Chih., escribió un libro, que obra en mi poder, titulado "Santa Anna no Fue un Traidor" y lo documenta.
Después de su último destierro, regresó a la patria y falleció el miércoles 21 de junio de 1876 y sepultado en el Panteón del Tepeyac, en la Ciudad de México, cuya tumba localicé en 1965 y tomé una fotografía que obra en mi libro citado al principio, de una modestísima tumba con una pequeña lápida de cantera de ínfima categoría que no correspondía a la brillante vida de Su Alteza Serenísima, como se le conocía.