WADA, JAPÓN.- Jóvenes japoneses miran con asombro un ejemplar descuartizado de zifio de Baird (Berardius bairdii), en el Puerto de Wada, Japón, tras ser cortado en pedazos para su posterior venta. Pese a las campañas contra la caza indiscriminada de ballenas en el Antártico, algunos puertos balleneros de Japón continúan sus actividades sin tener en cuenta el número de capturas de ballenas permitidas anualmente. Desde el S.XVI la pesca de ballenas es una tradición en Japón y, sobre todo, en Wada, un uno de los puertos con más tradición del país. Duran diez semanas, tiempo que finaliza el 31 de agosto, los pescadores de Wada tienen permiso para cazar un total de 26 ballenas, número muy pequeño en comparación con las capturadas en años posteriores. El zifio de Baird está controlado por la Comisión Ballenera Internacional.