Homilía. El cardenal Norberto Rivera oficia la tradicional misa en la Catedral Metropolitana. EL UNIVERSAL
La Arquidiócesis de México pidió a los legisladores no sólo realizar foros para hablar sobre la crisis económica mundial y nacional, sino también aportar lo que les corresponde a favor de un pueblo pobre que paga "sus insultantes sueldos, dietas y prebendas sin la grave responsabilidad que en estas circunstancias deben asumir".
Aseguró que las medidas y programas del Fobierno Federal para resguardar los empleos e impulsar las inversiones son insuficientes. "El panorama no es alentador para nadie, pero requiere de colaboración y realismo de todos, con una mayor responsabilidad para quienes detentan el poder económico y político de nuestro atribulado país", sostuvo la jerarquía católica en su editorial del semanario Desde la Fe.
Señala que se debe exigir mucho más a los legisladores que, "protegidos en su fuero y encerrados en su soberbia, no dan cuenta de su responsabilidad ante nadie y, en medio de nuestros problemas, sólo buscan crear polémicas estériles.
"Todos sabemos que es el Poder Legislativo el responsable de hacer leyes más efectivas para que los programas económicos implementados por el Poder Ejecutivo fluyan con mayor rapidez y eficacia. Todos sabemos que es al Congreso de la Unión a quien corresponde hacer reformas estructurales auténticas en los campos fiscal, energético y laboral para mejorar la recaudación y crear una mejor participación económica para los pequeños empresarios, los obreros y los campesinos, que deben conformar una sólida clase media nacional", señala en el semanario.
Durante su homilía en la Catedral Metropolitana, el cardenal Norberto Rivera dijo que en una civilización dura, fría y violenta, no es fácil aceptar la compasión, la misericordia y el perdón como valores humanos y cristianos.
Comentó que con frecuencia estas actitudes y sentimientos son juzgados signos de debilidad. "El volver los ojos hacia Jesús, nos ayudará a recuperar la admiración perdida hacia la misericordia, el perdón y la compasión, valores indispensables", dijo el arzobispo primado.
