Un piloto argelino a quien las autoridades del Reino Unido metieron en la cárcel al confundirle con un terrorista de Al Qaeda aspira ahora a una disculpa oficial y a una indemnización del Gobierno británico.
Tras los atentados del 11 de septiembre contra Nueva York y Washington, Lofti Raissi, que era vecino de Londres, se convirtió en la primera persona detenida en relación con aquel suceso.
La Policía británica registró su casa y Raissi fue presentado a la opinión pública como el principal instructor de los terroristas, a quienes había enseñado supuestamente a pilotar los aviones que luego estrellarían contra las Torres Gemelas y el Pentágono.
Sin embargo, según una investigación del diario británico "The Guardian", Raissi fue acusado falsamente ante los tribunales de estar vinculado a los dirigentes de esa red terrorista.
El FBI estaba interesados en él porque había trabajado como instructor en la escuela para pilotos de Arizona (EE.UU.) que frecuentó Hani Hanjour, el islamista que estrelló un avión contra el Pentágono.
El FBI envió una carta a sus colegas británicos a través de la Embajada estadounidense en la que se decía que Raissi "podía" haber estado involucrado en los atentados del 11/9 y se pedía a las autoridades del Reino Unido que le sometieran a discreta vigilancia.
Días después de que la carta llegase a Londres, la unidad antiterrorista de Scotland Yard se presentó en su casa y le detuvo junto a la que era entonces su esposa, una bailarina francesa llamada Sonia.
En la comisaría londinense a la que le trasladaron, según relata ahora Raissi, la Policía sólo encontró un "perfil" que despertaba sospechas: "Soy argelino. Soy musulmán. Soy instructor de vuelo y cualificado para volar un Boeing 737. No había más".
Pese a la falta de pruebas, las autoridades estadounidenses solicitaron su extradición por un delito menor: en un formulario para la obtención de una licencia de piloto había ocultado al parecer que había sufrido una operación de rodilla.
La fiscalía británica, que representaba al Gobierno estadounidense, explicó que el motivo por el que Washington le reclamaba era que le habían identificado como el "instructor principal" de los terroristas del 11 de septiembre.
Raissi fue internado entonces en la prisión de alta seguridad de Belmarsh, donde fue sometido por otros presos a insultos raciales y amenazas de muerte y donde fue herido además dos veces con arma blanca.
Pero, según las pesquisas de The Guardian, se demostraron falsas las informaciones según las cuales había enseñado a pilotar un Boeing al terrorista Hanjour: el individuo que aparecía en un vídeo y que alguien había identificado con el piloto suicida era en realidad un primo del inocente argelino.
Otro elemento incriminatorio, una libreta de direcciones que, según la fiscalía británica, pertenecía a Abu Doha, un sospechoso de pertenecer a la dirección de Al Qaeda, resultó ser propiedad de un ex boxeador argelino llamado Adam Kermani, que llevaba algunos años residiendo en Gran Bretaña y era también inocente.
Raissi fue puesto en libertad bajo fianza en febrero del 2002 y un mes más tarde, un juez de distrito desestimó la petición de extradición presentada por EU con la justificación de que no había visto prueba alguna que vinculase a aquél con el terrorismo internacional.
Ahora, espera una decisión sobre su caso del ministro británico de Justicia, el laborista Jack Straw, decisión que podría tener consecuencias para otros casos similares.