Disculpas. El obispo Richard Williamson, es escoltado por agentes de la Policía durante su llegada al aeropuerto de Londres.
Richard Williamson, el obispo lefebvrista que negó el Holocasto en televisión y desató una de las peores crisis judío-católicas de los últimos tiempos, pidió ayer perdón por sus palabras.
En una declaración publicada tras llegar a Londres luego de haber sido expulsado de Argentina, solicitó a todas las víctimas sobrevivientes de la persecución nazi durante la Segunda Guerra Mundial que lo perdonen.
Escribió que su superior Bernard Fellay y el Papa Benedicto XVI le pidieron reconsiderar sus comentarios a la televisión sueca hace cuatro meses, con los que puso en duda la existencia de cámaras de gas en los campos de concentración alemanes, pues sus consecuencias "han sido muy fuertes".
"Lamento haber hecho las declaraciones. Si hubiera sabido todo el daño y las heridas que han provocado, especialmente a la Iglesia, pero también a los sobrevivientes y seres queridos de las víctimas de la injusticia bajo el Tercer Reich, no las hubiera formulado", apuntó.
El prelado dijo haberse limitado a dar "una opinión" cuando habló con la televisión sueca, palabras que fueron "de una persona que no es historiador".
Se trata "de una opinión formada hace 20 años en virtud de los datos que entonces estaban disponibles y que, desde entonces, había expresado raramente en público", añadió el texto de Williamson dado a conocer por la agencia católica Zenit. "Los eventos de las últimas semanas y el consejo de miembros de la Fraternidad de San Pío X me han persuadido de mi responsabilidad por tanta angustia causada", apuntó.
"A todas las almas que quedaron honestamente escandalizadas por lo que dije, ante Dios, les pido perdón".
Deplora el Papa sistema financiero
Benedicto XVI deploró al sistema financiero injusto como el culpable de la actual crisis y señaló como un deber de la Iglesia Católica denunciar la ambición que lleva al hombre por "caminos errados". Al dirigirse a un grupo de sacerdotes y párrocos de Roma, Joseph Ratzinger anticipó que su próxima carta encíclica ofrecerá una "palabra autorizada" para sustentar esta denuncia. "Es necesario denunciar concretamente, pero sin moralismos. Es necesario entender en concreto como cambiar la situación además de buscar la razón del mundo económico e iluminarlo con la fe que nos libera del egoísmo del pecado natural", dijo.