Un norteamericano ganó un concurso de televisión en el que perdió kilos y gano dólares. Lo logra en seis meses y tres semanas. (AP)
Hamburguesas, pizzas, tartas, helados, pasteles, comida china... En una sociedad cada vez más calórica, perder peso pasa por ser una de esas asignaturas pendientes que se convierten en clásica promesa de fin de año. Por ello, es necesario un incentivo extra de altas proporciones capaz de contrarrestar la gula y la habitual apertura de nevera. Un estadounidense llamado Danny Cahill lo ha encontrado. Nunca una dieta especial y televisiva podía tener mejor recompensa: 250 mil dólares.
Esa es la cantidad que este perito y músico de 40 años de Oklahoma ha conseguido embolsarse tras hacerse con la victoria en el 'reality' de la NBC 'The Biggest Loser', donde un grupo de concursantes intentan perder el mayor porcentaje de peso posible para conseguir un importante premio final. Su logro se podía ver reflejado en la báscula: 239 libras perdidas. En otras cifras, más de 108 kilos.
De las 430 libras (más de 195 kilos) con las que llegó, y tras seis meses y tres semanas en el programa, Cahill finalizó su andadura televisiva con 191, 86 kilos y medio aproximadamente. Un total de 109 kilos que le han servido no sólo para alzarse con este montante económico, sino para ser reconocido como el concursante que más ha adelgazado durante las ocho ediciones que se llevan emitidas en Estados Unidos.
El anterior récord estaba en las manos o mejor dicho, en la nueva figura de Erik Chopin, ganador de la edición de 2006, y que bajó de sus 184 kilos originales a 87. Una buena marca que ahora queda en el olvido con Cahill, que ha perdido el 55,58% de su pesaje y que ha asegurado en una entrevista al programa 'Today show' que su familia le motivó para cambiar su estilo de vida.
No es la única victoria que ha conseguido gracias a su sobrepeso. Fuera de lo personal, el récord de Cahill ha servido a la cadena estadounidense para lograr su mejor audiencia de los últimos cuatro años con 13,4 millones de telespectadores. Ahora, habrá que esperar que Cahill no se gaste el dinero en suculentas cenas para celebrarlo.
