Las cuevas de Yagul y Mitla en Oaxaca podrían ser inscritas en la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO en 2010.
Las cuevas de Yagul y Mitla en Oaxaca podrían ser inscritas en la lista de Patrimonio Mundial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en 2010 por albergar los testimonios más importantes del inicio de la civilización en América.
Por lo pronto, antes de finalizar el año, una comisión técnica de evaluación del Consejo Internacional de Sitios y Monumentos (ICOMOS) -principal organismo de la UNESCO-, visitará estos vestigios para dar seguimiento a una propuesta cuyo expediente final se entregó hace unos meses, bajo la categoría de Paisaje Cultural.
De ser positiva la valoración, es muy posible que este sitio sea inscrito en la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO a mediados de 2010, señaló la doctora Nelly Robles García, presidenta del Consejo de Arqueología del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Circundadas por la Sierra Mixe, las cuevas distribuidas entre las zonas arqueológicas de Yagul y Mitla, en los Valles Centrales de Oaxaca, albergan los testimonios más importantes del inicio de la civilización en América; en la llamada Guilá Naquitz (Piedra blanca, en zapoteco), se hallaron semillas de calabaza con 10 mil años de antigüedad, que representan los restos más tempranos de plantas domesticadas conocidas hasta ahora en el continente, destacó el INAH.
La trascendencia de este sitio, agregó, es comparable con los primeros vestigios de domesticación de la cebada y el trigo en el Medio Oriente, o lugares como Head Smashed en Buffalo Jump Complex, al suroeste de Canadá, un cementerio de bisontes; y las Minas Neolíticas de Sílex de Spinnes à Mons, en Bélgica.
Robles García reveló que hasta el momento han sido registradas más de 40 cuevas-habitación, entre las que destacan la de Guilá Naquitz, Martínez Rockshelter y Cueva de la Paloma -muestra de la transición de la vida nómada al sedentarismo-, así como 80 resguardos rocosos.
"Es una región geológica llena de cuevas, que fue propicia para el resguardo de pequeños grupos de cazadores y recolectores que dejaron su huella en las mismas, de ahí que hemos detectado pinturas rupestres, elementos líticos y toda clase de proyectiles", comentó la también directora de la Zona Arqueológica de Monte Albán.