Permíteme y dame libertad,
No me prohíbas
Vivir la vida siempre a mi manera,
Déjame yo hacer no me lo digas,
Lo que desee por siempre y donde quiera.
Si es a tu gusto sólo observa
Mi tonto proceder; no lo critiques.
No deseo vivir mi vida a tu manera;
Quiero librarme por siempre de tabiques.
Tengo alas como antenas receptoras.
Déjame hacerme la ilusión de que yo puedo
Captar por doquier fuerzas motoras,
Y sin ayuda, déjame lanzarme al ruedo.
Dios ayuda también a las mujeres
Dando dones que tampoco tú pediste
Para hacer gala de cubrir tiempos mejores
En la aguda libertad que no me diste.
A tirar capacidades, no me frenes,
Haciendo uso total de facultades.
De mitos y creencias no me llenes
Que por siempre no fueron realidades.
Para hacer gala de romper las alegrías
Están en el engaño los señores
Que creen que todo es obediencia y sumisión.
Exigen demasiado; y siempre dictan
Tengan o no tengan la razón.
Del libro:
En el Alarido de lo Inmarcesible.