MARLITA DE LÓPEZ GARZA
Ese sagrado corazoncito
Que Dios quiso señalarme
Como algo bello y exquisito,
Vino por algo a amarme.
Y como llavita de oro
Logró que mi corazón se abriera
Y con sabiduría, lo invitó a taladrarme,
Dándome la alegría de una estrella
Gemela, sensible como la mía
Y, para que yo tuviera
En quién reflejarme un día.
Gracias, padre adorado,
Por ese bello destello
Que vino a ilusionarme,
Y con mi sangre por sello.