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¡Por fin!

FEDERICO REYES HEROLES

Cambios, dijo el presidente, de los posibles a los necesarios. En su mensaje aludió a la distancia entre los ciudadanos y sus representantes. Por su parte el secretario de Gobernación, en la glosa del Informe, habló de la intención del Gobierno Federal de ir a una nueva reforma política. La opinión pública -harta de los gritos y sombrerazos de los nuevos

De la vida política de nuestro país- no reaccionó frente a uno de los anuncios más relevantes en materia política en mucho tiempo. El senador Beltrones declaró ver con buenos ojos algunas de las propuestas lanzadas por Gómez Mont. Por fin PRI y PAN, con el 80% del voto de los mexicanos, asumen la responsabilidad histórica de conducción nacional que les corresponde.

Si el asunto va en serio podríamos estar en el umbral de una verdadera reforma democratizadora y liberal. Se trata de una reforma que apunta a un rumbo distinto. La gran mayoría de los mexicanos, a diferencia de lo que ocurría en los años setenta por ejemplo, ya no reclama la inclusión de minorías en las opciones electorales. La enorme mayoría se expresa ya por la vía legal. Es otro México. Quienes no han logrado consolidar una alternativa, a pesar de la apertura institucional y de cuantiosos recursos otorgados, es porque arrastran algún problema como en el caso de los varios intentos por fraguar una versión partidaria socialdemócrata. La gran mayoría de los mexicanos de hoy tampoco reclama que el padrón esté amañado, que la credencial sirva para la manipulación o que las casillas no garanticen el voto. Se trata de una nueva generación de inquietudes en la cual la distancia entre representados y representantes -que fue retratada por un estudio del IPN-ITAM-EstePaís y que se manifestó con fuerza en la suma de voto nulo, en blanco, independiente y abstención- lo que provoca es el cansancio ciudadano. Distancia y cansancio son las nuevas amenazas a la legitimidad institucional. La incipiente democracia mexicana tiene logros y nuevas demandas. Parece que el Gobierno de Calderón y la oposición priista las han leído. Esperemos que las reformas avancen.

Por qué es valiente la reforma. En primer lugar porque enfrenta los intereses de las cúpulas partidarias, incluida la del PAN. Varias de las medidas inevitablemente afectarían a la partidocracia. En segundo lugar porque PAN y PRI admiten -no les queda gran margen- que la reforma del 2007 no funcionó y que incluso generó nuevos problemas. La coautoría del PAN desvirtúa y traiciona su origen. ¿Cuál es el verdadero partido de los valores liberales en México? Entre el refrendado corporativismo priista y el envilecimiento ideológico del PRD, sumados a la corruptela danzante de los "pequeños", no hay mucho de dónde escoger. Si la distancia entre gobernantes y gobernados se agrava podría aparecer otro tipo de crisis de representación.

Se necesita entereza para enterrar las vanidades y Calderón dio un paso. El secretario de Gobernación habló en concreto de "acercar el Gobierno a los ciudadanos" y propuso, por fin la reelección de senadores, diputados y presidentes municipales. Eso sí cambiaría de fondo la mecánica institucional de México. Profesionalizaría a los legisladores, elevaría el nivel de debate, los acercaría a sus electores y le daría un curso diferente al país. La reelección es una de las llaves para abrir la partidocracia y que los procesos electorales signifiquen algo para los ciudadanos. Elegir sistemáticamente a desconocidos que nunca regresan a sus electores, auténticos desconocidos seleccionados por las dirigencias de los partidos es, además de contrario al sentido de identificación, aburrido e inútil. Los ciudadanos se han ido cansando del jueguito. La verdadera democracia repercute o debería repercutir en la vida cotidiana de los mexicanos.

La reducción de los legisladores proporcionales a su justa dimensión recuperaría el sentido original de la figura: que la mayoría no aplaste a las minorías y que haya acceso al Legislativo por otra vía que no sea la conquista de la plaza. Es otra reforma de gran calado. Hay más: segunda vuelta. Es una sana válvula de escape para situaciones indeseables de empates que llevan a parir gobiernos legales pero con poco respaldo. Basta con revisar los casos en América Latina. Gómez Mont habló de ratificación de funcionarios por el Legislativo, una medida semiparlamentaria que obliga a buscar consensos. Mencionó la necesidad de revisar el amparo para evitar el absurdo en que vivimos: desprotección de los más y protección indebida de los menos. Se refirió a las acciones colectivas que son un nuevo nivel de defensa ciudadana. Plebiscito y referéndum, habría que estudiar las condiciones.

Que si faltan medidas, en mi opinión sí, pero el rumbo es el correcto "Hay que reconocerlo -dijo Calderón- Los ciudadanos no están satisfechos con la representación política y perciben una enorme brecha entre sus necesidades y la actuación de sus gobernantes". Por fin.

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