Hemos constatado que en cuestión de aprendizajes existen innumerables clasificaciones que nos ponen a dudar en lugar de clarificarnos de qué se trata cuando un sujeto aprende algo; para fines prácticos reconocemos que existen al menos dos tipos de aprendizajes: el aprendizaje repetitivo o memorístico y el significativo o reflexivo.
El aprendizaje repetitivo o memorístico es aquel que generalmente suma o yuxtapone unos conocimientos sobre otros sin tomar en cuenta lo que el alumno ya sabe, es decir, sin considerar sus conocimientos o referentes previos, lo que impide la integración entre ideas y conceptos; se ha comprobado que además el aprendizaje repetitivo fomenta el olvido ya que no deja huella en la estructura conceptual del sujeto y los conocimientos se distribuyen en ella de manera arbitraria.
Por el contrario, los aprendizajes cuando son significativos, se consideran como cambios más o menos estables en las percepciones, pensamientos, sentimientos, valores y acciones de una persona, que se dan como resultado de su interacción con otros sujetos, objetos, situaciones, ambientes o aún consigo misma. Los aprendizajes significativos entonces, se refieren a cambios que hacen una diferencia importante en la vida. Si estos cambios son positivos, le permiten a la persona reconocer y expresar de alguna manera nuevos aspectos de sí misma, de los contenidos que aprende, de la utilidad que les ve a dichos saberes; en fin, es un cambio en la percepción del mundo en el que vive, naturalmente con mayor riqueza, precisión y claridad.
Estos cambios se manifiestan en modos diferentes de pensar, sentir, hacer y comportarse y tienen una connotación valoral "constructiva" para el desarrollo de la persona.
En relación con los contenidos, podemos decir que son significativos aquellos que son comprendidos y asimilados, que son considerados en una relación muy cercana con el "self" (concepto de sí mismo) y con las vivencias personales. Son también contenidos cuyo matiz emocional nos hace "sentir"; que nos afectan de un modo directo e importante. Cuando aprendemos significativamente nos emocionamos con aquello que hemos interiorizado.
El proceso de aprender es significativo cuando sentimos y nos damos cuenta que los pasos y acciones realizadas nos llevan a lograr aprendizajes valiosos e importantes para nosotros y quedan integrados como tales en nuestra personalidad.
Es necesario resaltar que lo valioso e importante de un aprendizaje, está dado siempre desde la perspectiva de la persona que aprende y no desde el punto de vista del profesor.
Esta es la razón por la cual decimos que los aprendizajes significativos son una experiencia personal, única e intransferible, por lo que no pueden forzarse desde afuera; sólo pueden propiciarse o promoverse.
Al respecto, las opiniones del doctor Salvador Moreno López (ITESO, Jalisco 1995), relativas a cómo hacer una escuela viva, lo han llevado desde hace más de veinte años a estudiar y abordar el tema de los aprendizajes significativos en la educación, desde la perspectiva de una psicología perceptual y desde el enfoque centrado en la persona.
Durante estos años, muchos educadores y maestros se han interesado en comprender qué son estos aprendizajes y cómo pueden promoverlos en las actividades escolares.
También han reconocido el valor que tienen por encima de la mera memorización o asimilación de información sin repercusiones positivas en la vida de los estudiantes.
Parece que poco a poco hay más educadores convencidos de que los aprendizajes en la escuela son los que hacen la diferencia importante y constructiva en los comportamientos y actitudes de los alumnos, para que realmente valga la pena promoverlos y dedicarles nuestro tiempo, esfuerzos y recursos.
El enfoque con el que mejor se trabajan los aprendizajes significativos, según el doctor Moreno López, es el enfoque perceptual que considera el cuerpo, los afectos y lo sensorial en correlación con lo cognitivo, incluyendo la congruencia que nos pueda llevar a la integralidad. Lo significativo va más allá de la percepción; es decir, incluye sensaciones, recuerdos, valores, creencias, experiencias, etc.
Algunos de estos aspectos de manera consciente y otros inconscientemente.
Cuando el aprendizaje se describe desde la sensación del cuerpo, se genera curiosidad y apertura no sólo en lo que piensan, observan o describen los estudiantes, sino en lo que descubren y encuentran, ya que se ha comprobado que la mente no sólo está en el cerebro, sino radica en todo el cuerpo (sensaciones, percepciones, sentimientos, emociones, etc.)
Finalmente podemos asegurar que el A.S. valora las experiencias pasadas, en un proceso espacio-temporal que enfrenta la realidad del individuo, incluye comunicación, retroalimentación, interacción, reflexión, intercambio de ideas, observaciones inesperadas, redefinición de ideas y conceptos, además de muchos etcéteras. Invito respetuosamente a mis colegas profesores y profesoras, a revisar estos importantes enfoques y actualizar nuestras didácticas a la luz del aprendizaje significativo. En la siguiente entrega analizaremos el valor educativo de estos aprendizajes.
