La insistente y machacona propaganda que nos ha endilgado el Instituto Federal Electoral con mensajes ñoños acerca de la urgencia, casi obligación de votar en las próximas elecciones sólo ha ocasionado el hartazgo en la población; estamos cansados de escuchar "¡piénsale!", -gramatical y publicitariamente incorrecto-, y de que nos quieran convencer que si votamos "nuestra democracia crece".
No, señores, no se dice "piénsale", y nuestra democracia no crece si votamos todos, en Cuba por ejemplo, votan todos los ciudadanos y la democracia está tan lejana como la muerte de Fidel Castro.
Lo más probable es que, si siguen como están, azuzando a la población con miles de mensajes todo el día, el resultado final sea el opuesto, porque cansados de oír la misma cantaleta, muchos mexicanos pueden decidir no ir a las urnas el próximo 5 de julio, de hecho, las encuestas hablan del poquísimo interés de los mexicanos en las elecciones y la nula credibilidad (4%) que tienen en los partidos políticos.
Pero aceptemos que es conveniente reflexionar, pensar en las elecciones y en votar por quién consideremos la mejor opción; y aquí se pone la cosa peor, porque como decía Fidel Velásquez, "la caballada está flaca", es más, no hay caballada, más bien parece una recua y no se ven en el horizonte muchos personajes o muchas propuestas que valgan la pena y que merezcan nuestro voto.
Sin personalizar, da grima y coraje leer las listas de los candidatos a diputados, presidentes municipales, delegados, etc.; hay analfabetas, hay tinterillos, artistas sin chamba, deportistas decadentes, líderes charros grandes y pequeños, presuntos delincuentes, y por supuesto familiares, compadres y cómplices de políticos; -"¡piénsale!" pide el tontito en la tele, ¿qué voy a pensar?, ¿que esos personajes harán las leyes que México necesita, gobernarán con sabiduría y honestidad?
Y si analizamos a los partidos, no a los candidatos, el desaliento es aún mayor; el IFE convocó a unas sesiones pomposamente llamadas "Contraste de Propuestas de los Partidos Políticos", cuya primera sesión el lunes pasado fue un desastre: ni una sola propuesta, sólo ataques, descalificaciones, pleitos de verduleras; los partidos políticos, que se han abrogado el derecho de elegir candidatos, prohíben que los ciudadanos sin partido podamos ser votados, -violando lo que dice la Constitución-, y hasta hoy no han presentado ni una sola propuesta que merezca nuestro voto.
Yo voy a votar, pero sólo votaré por el candidato o el partido que prometa y esté decidido a hacer lo siguiente:
1.- Que disminuya el número de diputados y de senadores.
2.- Que haya reelección de diputados y senadores.
3.- Que trabajen todo el año, no unos cuantos días.
4.- Que cuando trabajen rindan cuentas, no pierdan los meses y años en "comisiones"; que elaboren la reforma Fiscal, la reforma Energética, la reforma del Estado, la reforma Laboral, la ley contra el Narcotráfico, pero ya.
5.- Que se deshagan de tantos asesores, cuidadores, guaruras, secretarias, coches lujosos, celulares, o que paguen todo eso y su atención médica, con su propio dinero.
6.- Y que todo esto lo firmen antes de las elecciones.
Quien prometa y cumpla esto, seguramente tendrá mi voto, y así sí, la democracia crecerá.