La que piense que lo es, ¡qué se ponga de pie y lo grite! Por otra parte, si no estás muy segura de serlo, entonces será mejor que permanezcas sentada y te cuestiones sobre este punto.
Considera tres razones de por qué es importante ser profesional. Como profesional (1) eres valiosa, indispensable para la empresa donde trabajas; (2) tú promueves la imagen de todos los que trabajan dentro de tu clasificación profesional; y (3) estás consciente de tu superación personal.
Haz una evaluación personal de tus habilidades profesionales, conocimientos y experiencia.
1.- ¿Reconoces tu posición como de una gran confianza y actúas consciente de tu compromiso?
2.- ¿Tu conducta es ética en todos tus asuntos de negocios?
3.- ¿Eres leal a tu jefe y a la empresa? ¿También lo eres con tus compañeros?
4.- ¿Promueves los intereses del negocio para el que trabajas?
5.- ¿Mantienes tu dignidad en todas las circunstancias?
6.- ¿Compartes tus conocimientos en el área de tu especialidad con otros que ocupan posiciones semejantes en tu mismo rango?
7.- ¿Guardas discreción con los asuntos de tu empresa?
8.- ¿Es tu primer objetivo lograr la perfección en tu desempeño y no en el sueldo que recibes?
9.- ¿Eres una buena ciudadana, un miembro respetable de tu comunidad?
10.- ¿Dedicas algo de tu tiempo a alguna actividad cívica o de beneficencia para la mejoría de la comunidad?
Si contestas SÍ a cada una de estas preguntas, ponte de pie y considérate una profesional. Pero toma en cuenta que el profesionalismo no es estático. Nunca se queda fijo, por el contrario debe estar constantemente desarrollándose, de otra manera te quedarás estancada y eso no es algo de qué enorgullecerse.