De repente te encuentras en una encrucijada: ¿cuándo te levantas por las mañanas te entusiasma el ir a tu trabajo o te desalienta? Si te sientes desalentada, es que has llegado a un callejón sin salida en tu carrera –situación que tienes que superar que tus años de trabajo venideros sean tan gratificantes como deberían ser. Algunas mujeres de negocios identifican este estado de ánimo como: “Escollo de la melancolía”. Si éste es tu problema tienes que hacer algo. Empieza analizando estos puntos.
¿Cuáles son tus metas?
Puedes tener tan sólo una meta: ser una destacada asistente. Excelente, no ceses en tu lucha por lograrlo; pero suponiendo que quieras llegar a ocupar puestos a nivel ejecutivo, entonces necesitas estructurar un plan de acción efectivo. En cualquiera de las dos instancias, comienza con un análisis de tu desempeño.
¿Cuáles son tus ventajas?
1.-APARIENCIA: ¿Es tu acicalamiento irreprochable y tu guardarropa de buen gusto?
2.- HABILIDAD PARA DELEGAR: ¿Sabías que la definición de un gerente es: “alguien que logra que las cosas se hagan a través de la gente? ¿Qué tan hábil eres para delegar trabajos y obtener buenos resultados?
3.- DESTREZAS EN RELACIONES HUMANAS: ¿Actúas con discreción y delicadeza? ¿Escuchas con atención? ¿Le caes bien a la gente?
4.- TALENTO PARA ORGANIZAR: ¿Eres hábil en asignar prioridad a tus tareas? ¿Cumples a tiempo con lo asignado?
5.- CORRECCIÓN EN TU TRABAJO: Siempre procuras hacer tus deberes basándote en la norma “cero errores”.
6.- ESTABILIDAD: ¿Puedes actuar con serenidad en emergencias... con un jefe quejumbroso, clientes descontrolados?
Ahora pregúntate cómo encajan tus buenos puntos en tus metas y cómo pueden ayudarte a lograr lo que te propones.
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