El curso sicoprofiláctico debe ser orientado por un profesional en su rama.
"Es para no sentir nada de dolor al momento del parto...", "Solamente son para las primerizas...", "Pueden llegar a afectar el crecimiento del bebé...", éstas son sólo algunas de las mentiras que se escuchan en relación a los llamados cursos sicoprofilácticos o de preparación para el parto.
Mariana Laguarda, instructora en sicoprofilaxis perinatal nos aclara cuáles son las verdaderas razones para tomar un curso de este tipo y la verdadera utilidad del mismo. "Hace un tiempo me tocó un caso muy especial que ejemplifica perfectamente todas las etiquetas que se le han colgado a la sicoprofilaxis".
Un día me llegó una pareja muy conflictuada, pues ella (llamémosla Ana) quería tomar el curso porque había leído sus beneficios, mientras que su esposo (Eduardo) no creía en nada de eso. En cuanto él me vio, comenzó a gritar: "Esas cosas no sirven para nada Ana, no sé cómo te dejas engañar, son sólo invenciones del nuevo siglo, es como si te trataran de sacar una muela sin anestesia, ¡vámonos!". Ella, apenada, lo jalaba de la mano para que se sentara a escuchar la explicación, después de mucho insistir Eduardo tomó asiento y se quedó callado.
Al final de la plática sobre el curso, Ana salió más entusiasmada de lo que había llegado, mientras que su esposo seguía con cara de incrédulo, yo estaba segura de que no regresarían.
La sorpresa fue que al día siguiente, muy puntuales llegaron para comenzar con las clases, aunque Eduardo seguía con la idea de que estaban perdiendo el tiempo y dinero. Al transcurrir el curso, él dejó de renegar y se integró perfectamente a las actividades, mientras Ana se preparaba para dar a luz a su primogénito. Llegó el momento del parto, decidieron que fuera por agua, y muy felices le dieron la bienvenida a su muy esperado bebé.
Después de esta experiencia, ambos se dieron cuenta de que el curso no ofrece milagros y, obviamente, hubo dolor en el parto, sin embargo ellos ya sabían qué esperar, qué ocurriría al momento del nacimiento y las molestias fueron más leves, pues Ana aprendió a controlarse y relajarse. "Cuando se enteraron de que serían papás por segunda ocasión, volvieron a tomarlo pero ya sin falsas expectativas y lo disfrutaron mucho más", mencionó Laguarda.
¿QUÉ SON Y PARA QUÉ SIRVEN? La sicoprofilaxis es la preparación de una madre para el trabajo de parto durante el período de gestación. Ésta se desarrolla por medio de una serie de cursos en los que la mujer, con ayuda de un profesional, se va entrenando para el día del nacimiento.
"Los cursos tienen tres metas principales: una es que la mamá se prepare física, emocional y mentalmente para recibir a su bebé; además de que aprenda lo básico de la gestación y la maternidad y por último, pero no por eso menos importante, lograr la integración de la pareja durante el embarazo", aseguró la experta.
Las instructoras juegan un papel primordial, ya que su tarea es enseñarles a las futuras madres cómo tener un parto más tranquilo por medio de técnicas físicas y sicológicas.
"No todas las mujeres pueden tomar estas clases, solamente las que lleven un embarazo normal, no de alto riesgo, es decir, que no les hayan indicado reposo. El momento idóneo para comenzar a tomarlos es a partir de los cuatro o cinco meses de gestación", dice Laguarda.
Algunas de las bondades que brinda la sicoprofilaxis son: que la madre, al haberse preparado para tener un parto natural, no sufra los estragos de una intervención, además de que se disminuyen sus niveles de estrés y ansiedad, pues al aprender a relajarse ella sola regulará sus contracciones, haciendo más sencillo y rápido el nacimiento.
También se estrecharán los vínculos padre-hijo, al estar ambos padres involucrados en el proceso de gestación y parto, lo que le dará mayor seguridad y estabilidad al pequeño.
Y finalmente al nacer por parto sicoprofiláctico, el bebé buscará succionar más frecuentemente, lo que lo hará consumir mayor cantidad de leche materna y estará mejor nutrido.
¿EN QUÉ CONSISTEN? Los cursos se dividen en tres partes:
-Ejercicios: "La mayor parte de lo que hacemos es fisioterapia obstétrica, es decir, movimientos de relajación de lumbares, espalda, pelvis y cadera", aseguró la experta.
Éstas son rutinas muy leves, adecuadas para el embarazo, que necesitan iniciar con un calentamiento. Aquí también se incluyen los ejercicios de respiración para controlar el dolor.
-Teoría: "Para tener un programa más completo, se les dan a los padres pláticas sobre temas relacionados con la maternidad, por ejemplo: cómo bañar al bebé, la importancia de la lactancia, etcétera", señala Laguarda.
-Práctica: La información que se dio en la teoría, en esta etapa se pone en práctica, utilizando modelos de bebés.
Por lo general, las clases se toman dos veces por semana, en varios horarios a elegir, y cada sesión debe durar en promedio hora y media, para tener al final un total de 25 ó 30 horas de curso, lo necesario para que la mamá vaya lista a su parto.
"Algunos de los instructores utilizan instrumentos como pelotas y aros en la rutina de los ejercicios, pero esto sólo para hacerlo más divertido, pues es igual de eficaz sin estos accesorios", aseguró la instructora.
QUÉ SÍ... Lo que sí es verdad de los cursos sicoprofilácticos es que:
-Aseguran partos mucho más tranquilos y rápidos.
-Ayudan a los padres a iniciar un acercamiento más temprano con su hijo, lo que los hará reforzar sus vínculos amorosos.
-La madre estará más familiarizada con las actividades relacionadas con el cuidado de su pequeño.
-La única que toma el control en el parto es la futura mamá.
-Existen mayores posibilidades de que el parto sea normal, debido a que el bebé se acomoda en la posición adecuada y a que la madre no siente miedo ante las contracciones.
Y QUÉ NO... Lo que es totalmente falso es que solamente son para mujeres primerizas. Debe recordarse que cada parto es diferente y por ello debe prepararse adecuadamente el cuerpo y la mente de cada mujer.
-Afecta la vida sexual de la pareja; todo lo contrario, pues con los ejercicios se mantiene relajado todo el cuerpo, incluyendo la zona pélvica.
-Eliminan por completo el dolor del parto. "Es ilógico que no exista nada de molestia al parir, lo único que hacen los cursos es enseñarle a la mujer a mantenerse relajada para hacer menos dramáticas las contracciones".
-Afectan el crecimiento del bebé. Esto no sucede, pues en ningún momento se lastima a la madre. Los ejercicios son muy tranquilos precisamente para que no haya problemas.