México, Df.- No hay para dónde hacerse. Hoy, Jesús Ramírez es el malo de la película. Primero porque la Federación Mexicana de Futbol (FMF) le atribuye el abandono a la Selección Sub 20, eliminada en el Premundial de Trinidad y Tobago. Después, porque en el América tampoco da una y la presión que genera el Nido de Coapa parece oprimirlo de más.
Por eso, con los ojos enrojecidos por la asoleada o, quizá, por el malestar que le causan los cuestionamientos de la prensa, el director técnico azulcrema da un manotazo en la mesita de conferencias y sentencia...
"¡Entonces ya! Yo diría que hay que hablar menos y trabajar más", dice y enseguida se levanta y huye.
Mas ahora, Chucho no tiene contenta a la directiva emplumada ni a sus jugadores, quienes hicieron evidente su malestar cuando el timonel los sustituyó en el duelo contra Atlante, el domingo pasado.
"Pregúntenle a ellos. Yo estoy muy bien. No voy a mentir, no estoy acostumbrado a eso. No tengo ningún problema con ningún jugador. Es normal que salgan enojados. Si el jugador sale tranquilo, ahí sí me preocuparía", argumenta Ramírez.
Y luego celebra el jalón de orejas del presidente Michel Bauer. Una constante en Coapa, como también lo es cambiar de técnico, o ver al entrenador retorcerse de coraje, en las conferencias.