El Producto Interno Bruto (PIB) per cápita en México tardará 10 años en recuperarse, tras el impacto de la coyuntura financiera global, estimó hoy Base Internacional Casa de Bolsa.
En un análisis, señala que los gobiernos federales y los bancos centrales de México y el mundo no han logrado recobrar la confianza para impulsar el saneamiento económico.
"El miedo de los consumidores y el menor poder adquisitivo, provocado por mayores tasas impositivas, causarán que la recuperación sea lenta y gradual", indica.
Resalta que "en términos del PIB per cápita en México, probablemente en aproximadamente 10 años se recuperará, al tomar en cuenta las tasas promedio de crecimiento y sin contabilizar ninguna recesión en el camino".
Refiere que la pérdida de confianza del consumidor, por la crisis financiera en Estados Unidos, provocó que el consumo se redujera más que proporcionalmente a la caída del ingreso.
Estableció además que la falta de confianza de los inversionistas provocó cambios en los horizontes de inversión a activos más seguros, como los Bonos del Tesoro estadunidense y el oro.
Lo anterior dio como resultado que las bolsas de valores del mundo se desplomaran y una destrucción de riqueza en los mercados globales, destaca el reporte.
"El mayor problema de la crisis se dio cuando el crédito no llegó al consumidor final y causó la quiebra de empresas, en industrias como la automotriz, que depende fuertemente de este factor", explica.
Asimismo, a nivel macroeconómico, después de la crisis en el desempeño de la economía global, los patrones de consumo cambiaron y no se han ajustado a su nivel anterior a la crisis, lo que resulta en tasas de desempleo altas, enfatiza.
Expone que los bancos centrales del mundo mantienen las tasas bajas, pero el miedo sigue arraigado en los consumidores, así como en los inversionistas, sobre todo después de ascensos en las bolsas de valores, cuando toman utilidades.
Detalla que es un juego donde parece que los capitales se mueven rápidamente en el corto plazo, para no ser partícipe de las pérdidas, cuando otros toman utilidades.
"Lo anterior finalmente provoca que la volatilidad en el tipo de cambio permanezca alta, aunque con niveles cada vez menores, no obstante, ahora los contribuyentes de todo el mundo tienen que pagar la cuenta del mayor gasto del gobierno por la crisis", señala.
