El escaso o nulo consumo de fibra, la baja ingesta de líquidos, el periodo menstrual, los partos prolongados, permanecer más de cuatro horas continuas de pie o sentado, la obesidad y el estreñimiento, son factores que propician la enfermedad hemorroidal, que repercute seriamente en la salud del cuatro por ciento de la población mundial entre los 45 y 65 años de edad.
Al año, en las Unidades de Medicina Familiar (UMF) del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), se brindan aproximadamente 150 mil consultas a causa de este malestar, en los Hospitales de Especialidades 33 mil 628 y se atienden 20 mil urgencias, además se practican en promedio 3 mil 650 procedimientos quirúrgicos.
Según el IMSS, las hemorroides son venas que se encuentran en el ano y cuando se dilatan debido a las razones antes mencionadas, se inflaman y aumentan de volumen, ocasionando la enfermedad hemorroidal.
Existen tres tipos de hemorroides: internas, se desarrollan dentro del ano y en algunas ocasiones pueden exteriorizarse; las externas se manifiestan alrededor del ano pudiéndose palpar como pequeños bultos; y por último, las combinadas o mixtas, que son una mezcla de las dos anteriores.
De acuerdo al Seguro Social, es importante acudir al médico ante cualquier síntoma, debido a que si no se atiende a tiempo, puede tener complicaciones como trombosis hemorroidal (presencia de masas perianales duras conformadas por la sangre estancada en estas venas), que se acompaña de dolor intenso y dificultad para evacuar.
Para evitar este padecimiento, es necesario una dieta rica en fibra, consumir frutas y vegetales, así como reducir la ingesta de alimentos que contengan harinas y carbohidratos, debido a que son nocivos para la digestión.
Es importante también tomar al menos dos litros de agua al día y realizar ejercicio para combatir el sedentarismo y el sobrepeso; en el IMSS se proporcionan los tratamientos médicos necesarios.
FUENTE: IMSS
Recomendaciones
Para evitar hemorroides es necesario:
⇒ Una dieta rica en fibra; consumir frutas y vegetales.
⇒ Reducir la ingesta de alimentos que contengan harinas y carbohidratos.
⇒ Tomar al menos dos litros de agua al día.
⇒ Hacer ejercicio.