México, df.- El Partido Revolucionario Institucional llega a sus ochenta años convaleciente. Luego de una crisis que lo llevó a perder la Presidencia de la República en 2000 y que lo colocó como la tercera fuerza en la Cámara de Diputados en 2006, el partido lleva dos años recuperando espacios en las elecciones locales y las encuestas lo colocan en el primer lugar de intención de voto para la intermedia del 5 de julio.
En 2007 y 2008 el PRI ha recuperado 137 de los 152 municipios que perdió entre el 2004 y el 2005. En el 2006 tenía 319 diputados locales de mayoría -la cifra más baja de su historia-, y hoy tiene 338. En los últimos dos años, el tricolor ha ganado más del 62 por ciento de los mil 675 ayuntamientos y diputaciones locales de mayoría que han estado en juego en elecciones locales realizadas en 19 estados.
En mayo de 2007 se dio la elección emblemática de esta recuperación en Yucatán, estado ganado por el PAN en 2001. El triunfo de Ivonne Ortega no sólo marcó el inicio del repunte priista, sino que frenó la pérdida gradual de gubernaturas iniciada en 1989, cuando Acción Nacional ganó Baja California.
De 1989 al 2001, el PRI perdió 15 entidades y se mantuvo gobernando 17 hasta el triunfo en Yucatán del 2007. Este año apuesta a conservar Campeche, Colima, Nuevo León y Sonora, y a recuperar al menos una de las dos que gobierna el PAN (Querétaro y San Luis Potosí).
Rumbo a la elección de diputados federales, el PRI se muestra confiado en recuperar al menos la mayoría simple perdida en 2000, cuando obtuvo 206 diputados. (Hoy tiene 106 curules, como resultado de su desplome en la elección presidencial).
Una encuesta nacional realizada el 23 de febrero documenta su optimismo, al ubicarlo en el 41 por ciento de la intención de voto, 12 puntos arriba del PAN. De obtener más del 40 por ciento de la votación, el PRI podría aspirar a recuperar la mayoría absoluta que perdió en 1997, cuando se instaló la primera Cámara de Diputados con dominio de la Oposición.
Para sus dirigentes, estos triunfos son resultado de la unidad del partido y de su desempeño como Oposición "responsable". Estrategia que, según confían, podría llevarlos a recuperar la silla presidencial en 2012.
"Tiene que ver con un cambio de mentalidad, de planteamiento, un cambio de modo de hacer política. Somos un partido que en la Oposición se ha manejado con una seriedad impresionante, que propone, que plantea cosas y que además es capaz de concertar y de negociar", afirma Jesús Murillo Karam, secretario general del PRI.
Efrén Leyva, secretario de Coordinación Regional del Comité Ejecutivo Nacional y uno de los principales operadores políticos, considera que el reposicionamiento iniciado por el PRI se debe a que la ciudadanía está valorando la experiencia que representa el partido, además de "tener aceitada la maquinaria".
"Los partidos políticos trabajan para poder ganar elecciones, es el fin fundamental de todos los partidos políticos.
A través de su organización, de sus estructuras, de sus postulados, van ganando confianza entre la población", señala Leyva.
VIEJAS CARAS, NUEVO LEMA
Los protagonistas del PRI de hoy son los mismos de los años de la debacle. Sus liderazgos los ejercen personajes como el senador Manlio Fabio Beltrones, coordinador de la campaña de Roberto Madrazo a la Presidencia de la República en 2006; el diputado Emilio Gamboa Patrón, colaborador de Francisco Labastida en su campaña en 2000 y Beatriz Paredes, quien coordinó la campaña de Labastida.
Sin embargo, el partido pretende dar una imagen de renovación. Su lema "Estamos construyendo el PRI del siglo 21" y su ajuste de línea política a la socialdemocracia, decidido sin discusiones en la asamblea de agosto de 2008, son los dos principales rasgos de ese nuevo rostro.
En su plataforma electoral 2009-2012, el PRI propone retomar las riendas de un Gobierno que el PAN no ha sabido conducir por inexperiencia y "falta de sensibilidad social", pero también promete realizar reformas para no volver al pasado.
"De ninguna manera pensamos en que deba regresarse al estatismo de los setenta, no estamos por un Estado propietario sino por uno promotor que estimule la actividad empresarial y regulador del mercado", dice el documento respecto a sus propuestas para solucionar la crisis económica.
Dulce María Sauri, quien enfrentó como lideresa del partido la pérdida de la Presidencia en 2000, afirma que ese hecho marcó el fin de un modelo político que el PAN insistió en sostener, y que corresponde al PRI "iniciar el proceso de transición hacia un nuevo modelo de organización política".
"Parece contradictorio que precisamente el partido que fue componente esencial de un modelo agotado, sea el partido que tenga esa misión; pero es el único partido que tiene una auténtica vocación reformista, que sabe construir instituciones, que tiene una visión de Estado", afirma Sauri.
Mientras el PAN y el PRD se baten en divisiones internas, el PRI se jacta de ser el partido más democrático, más unido y que, además, ha dotado de estabilidad política al país, según palabras de su presidenta Beatriz Paredes.
La selección de candidatos a diputados federales para la contienda del 5 de julio a través de las convenciones, es para el PRI una muestra de su democracia interna, a pesar de que en más de 200 de los 300 distritos se negoció entre los líderes y los sectores para postular un candidato de unidad.
PODER: FACTOR DE COHESIÓN
A pesar de que en el PRI coexisten diversos liderazgos, como el de los coordinadores de ambas Cámaras, Beltrones y Gamboa; el de la lideresa, Beatriz Paredes; los de los gobernadores, además de voces disidentes como la de José Murat o Manuel Bartlett, el PRI mantiene una considerable unidad.
En 2006 sus conflictos internos hicieron crisis. La autoimposición de Roberto Madrazo Pintado como candidato a la Presidencia de la República provocó la salida de Elba Esther Gordillo del partido -quien lanzó toda la fuerza del SNTE contra Madrazo- y el malestar de muchos gobernadores, que prefirieron apoyar a Felipe Calderón que a su candidato.
Tres años después las aguas lucen más tranquilas. Las elecciones de candidatos a gobernador para los seis estados que se juegan este año han provocado pocas inconformidades.
En San Luis Potosí, por ejemplo, el diputado federal Jesús Ramírez Stabros, buscó interponer recursos de apelación al proceso interno en las instancias del partido por la elección de Fernando Toranzo, pero éstos fueron rechazados y llegó al acuerdo de desistir e incluso apoyar al candidato.
En Campeche, el senador Alejandro Moreno, quien llevaba al menos tres años trabajando en su candidatura, no objetó la elección de Fernando Ortega.
Para algunos priistas, esta unidad no es más que la necesidad de recuperar el poder. "El PRI es un partido muy pragmático, sabe que unidos podemos, desunidos todos perdemos", dice Sauri.
La fundación misma del partido en 1929 como Partido Nacional Revolucionario se dio como la unión de diversas corrientes en busca del poder.
A la convención del 4 de marzo en Querétaro, convocada por Plutarco Elías Calles, acudieron 148 partidos regionales surgidos a partir de la Revolución y que se unieron en una gran coalición.
En 1938, con Lázaro Cárdenas y con el nombre de Partido de la Revolución Mexicana, se constituye una base social con los sectores obrero, popular, campesino y militar.
Los militares salen del partido cuando se rebautiza como PRI, en 1946, pero según algunos priistas dejan en el partido la experiencia de la disciplina.
Ese sentido de la disciplina es el que ha hecho que personajes como Manuel Bartlett, secretario de Gobernación en el sexenio de Miguel de la Madrid y ex gobernador de Puebla, sigan en el partido a pesar de disentir de su forma de conducirse.
Bartlett considera que el PRI de Paredes no es democrático y que permite a Beltrones y Gamboa cogobernar con el PAN.
"Tenemos, a la mitad del sexenio, a un partido que no ha sido Oposición.
"Esto le quita al PRI su esencia y su perfil y lo llevan, de acuerdo a los intereses de esa cúpula, a acercarse al Gobierno, pero sin beneficio para la población priista", afirma el ex senador.
Pasada la elección del 5 de julio, las cosas en el PRI podrían complicarse, al brotar la disputa por la elección de su candidato presidencial en 2012, básicamente entre dos corrientes, una que apoya a Beltrones y otra que apuesta por el gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto.
"El PRI tiene posibilidades reales para ganar en 2012, pero necesita resolver el procedimiento de postulación para el candidato, y que entienda cuál es su misión.
"Un PRI que llegue a hacer lo mismo que hizo en 71 años, sería terrible para el partido, pero todavía peor para la sociedad en su conjunto", afirma Sauri.