EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

'Priista de clóset'

Yo, ciudadano

RAFAEL ÁLVAREZ CORDERO

Por varios años he recibido diversos adjetivos por lo que escribo en mis artículos, pero el que me sorprendió más fue de un lector que me etiqueta como "Priista de clóset" por haber predicho que el PRI tomará la Presidencia en 2012.

Varias veces he señalado que no pertenezco a partido político alguno, y si opiné acerca del arribo del PRI al poder es simplemente porque como ciudadano puedo y quiero opinar, y hago uso de lo que don Gerardo Galarza escribió recientemente (9 agosto): el que opina "analiza, cree, supone, especula, comenta, pontifica"; ni soy el Oráculo de Delfos ni menos experto en intríngulis políticos, pero así veo el panorama.

Y es que entre los jesuíticos del PAN y los inciviles del PRD no hay a cuál ir actualmente.

El PAN perdió la brújula, fue el mejor partido en la Oposición, pero no ha sabido ser el partido en el poder; criticó acremente las nefastas costumbres y vicios de los priistas cuando ellos detentaban el poder, pero ahora muestra las mismas actitudes, la misma prepotencia, la misma corrupción.

Lo más grave del PAN es que tal parece que nadie sabe qué es, qué quiere, para qué tiene el poder y hacia dónde quiere dirigir al país; ni su presidente ni sus miembros relevantes tienen en estos momentos un proyecto coherente.

Y lo mismo sucede en el PRD, cada vez más dividido, negando incluso las divisiones y luchas a morir de sus miembros, pierde cada día la oportunidad de establecerse como la fuerza de izquierda que necesita México; lástima.

No hay fórmulas mágicas para sacar al país del estancamiento económico, la inseguridad y el desaliento que muchos sentimos; y para aniquilar nuestro optimismo, el inefable Agustín Carstens nos informa que el "catarrito" que vivimos este año es nada comparado con la pulmonía doble que tendremos en 2010: hay ya un faltante de 300 mil millones de pesos, la tercera parte de las reservas del país, los programas se caen, los ingresos petroleros siguen a la baja, el panorama es entre desalentador y devastador.

Por esto y muchas razones más, urge una transformación total de la forma de gobernar, que se acaben los contubernios entre gobierno y sindicatos, que la función pública sea transparente, que los legisladores hagan -ahora sí- una verdadera reforma fiscal, reforma energética, reforma laboral, reforma educativa, que se acabe con la impunidad y la corrupción en donde esté, que disminuya la burocracia y la interminable tramitología, que es otra forma de corrupción, que el combate a la delincuencia incluya a policías y ladrones.

Hoy más que nunca el país necesita un cambio, y pienso que, siguiendo la ley del péndulo, después de decenios de la "dictadura perfecta" y de dos sexenios de una Derecha ineficiente y débil, sería bienvenida la presencia de una Izquierda sana, optimista, que como la Izquierda de Lula sea capaz de conciliar los intereses de los trabajadores con los de los empresarios, que como la Izquierda de Bachelet acoja la inversión extranjera sin temores y sin recelos, una Izquierda que no pretenda "acabar con los ricos" sino "acabar con los pobres" mejorando su nivel de vida mediante educación, promoción de empleos y democracia.

Sé que estoy pidiendo demasiado, que tal vez ahora seré etiquetado como "Perredista de clóset", pero pienso que al país le haría bien una buena Izquierda; me dirán que hoy por hoy no hay quien tenga en la Izquierda espolones para gallo, pero

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 454140

elsiglo.mx