Tegucigalpa, honduras.- Enfrentamientos entre miembros de la Policía y seguidores del depuesto presidente Manuel Zelaya dejaron ayer decenas de heridos en medio de una grave crisis política en Honduras y rompieron la "tensa calma" que rodeó el primer día en el poder, y aislado internacionalmente, de Roberto Micheletti.
El presidente provisional -como denominan los medios locales a Micheletti, en alusión a las elecciones generales que tendrán lugar en noviembre- había insistido ayer en que los hondureños acudieran con tranquilidad a sus puestos de trabajo y a los centros educativos para tratar de dar un ambiente de normalidad al país.
Sin embargo, poco después de que el presidente tomara juramento a cinco de sus ministros, alrededor de dos centenares de efectivos de la Policía llegaron hasta las inmediaciones de la Casa Presidencial para desalojar a un nutrido grupo de manifestantes.
La Policía cargó con gases lacrimógenos y vehículos hidrantes para desalojar varias barricadas que interrumpían el acceso a la sede de Gobierno, y los heridos superaron la veintena, según confirmaron fuentes de un hospital cercano a la sede de Gobierno, a donde fue llevada la mayor parte de los lesionados.
Aunque una fuente de un gremio docente denunció la muerte de un trabajador, fuentes hospitalarios desmintieron ese deceso.
Los seguidores de Zelaya permanecían en el lugar desde primeras horas del domingo, cuando el presidente fue sacado del poder y del país de manera forzosa por los militares.
Los rumores se han disparado a lo largo de la tarde debido al silencio que guarda el Gobierno; el mutismo de los canales de televisión, que transmiten programación de entretenimiento, y la escasa información que emiten los medios locales, donde la versión oficial ocupa la mayor parte del espacio.
En San Pedro Sula, la segunda ciudad más importante del país y la de mayor movimiento económico y comercial, en el Norte, el ambiente es tenso, hay incertidumbre y una inusual presencia militar en las calles.
Zelaya regresará a Honduras
El presidente depuesto de Honduras, Manuel Zelaya, anunció que regresará a su país para recuperar el poder.
Ante los representantes y presidentes de 19 naciones, el mandatario hondureño le lanzó un mensaje a quienes ostentan el poder de facto y a la sociedad de su país.
"Voy a Tegucigalpa el próximo jueves después de Washington, regreso y voy a cumplir mi mandato de cuatro años", dijo.
Zelaya relató su experiencia de cómo fue detenido el pasado fin de semana por elementos fuertemente armados del Ejército y cómo lo expulsaron de su país para ser dejado en Costa Rica, donde lo recibió el presidente Óscar Arias.
Zelaya se defendió y dijo que no ha mandado matar a nadie, sólo pretendió que el pueblo de su país participara de una encuesta para reformar la constitución.