Es uno de esos datos que suelen perderse en el océano de las percepciones equivocadas, juicios automáticos y simples ideas preconcebidas. Y es que cuando se piensa en energéticos (llámese petróleo o gas) y en quienes los extraen de la tierra, la mayoría de la gente de inmediato trae a la mente la imagen de un harbano con turbante, con el camello al lado y en medio de un mar de arena. Pocos son quienes se representan a un cosaco forrado de pieles en medio de la tundra siberiana.
Pero esa imagen, de hecho, es más correcta. En el sentido de que Rusia y las exrepúblicas soviéticas son las principales productoras de energéticos del mundo. Lo que le proporciona una extraordinaria palanca al país que, vicariamente, sigue siendo gobernado por Vladimir Putin. Ello ha quedado de manifiesto esta semana por las consecuencias que empieza a tener una bronca entre las principales empresas de energía de Rusia y Ucrania. Consecuencias que le pegan a varios países, y podrían llegar mucho más lejos.
Europa recibe un 40% de su gas de Rusia. De hecho, esto explica en parte el levantón que ha tenido la economía rusa en la última década. El problema es que ese energético, para llegar a su destino, tiene que pasar por los ductos de Ucrania… una república que desde la desintegración de la URSS ha tenido sus dimes y diretes con Moscú. Como que Rusia quiere seguir viendo a los ucranianos como sometidos a su tutela. Y Ucrania quiere reafirmar de todas las maneras posibles su independencia.
En los últimos días, Rusia ha disminuido el flujo de su gas por los ductos de Ucrania, con el pretexto de que este país le debe cientos de millones de dólares por concepto de pagos atrasados; y que Ucrania está desviando para su propio consumo el gas destinado a Europa Occidental. O sea, que los ucranianos están “ordeñando” los ductos y quedándose con lo que les corresponde a checos, austriacos y alemanes.
Ucrania alega que ellos ya pagaron, y que la bronca en realidad es un acto más de agresión por parte de los rusos. Conociendo a los actuales ocupantes del Kremlin, por lo menos hay que concederles el beneficio de la duda a los ucranianos.
Los rusos insisten en que se les debe más de 600 millones de dólares, y que la escasez que puede producirse en Europa se debe a los desvíos ocurridos en Ucrania.
A raíz de este conflicto, algunos países europeos ya han empezado a resentir escasez de gas… justo cuando empiezan los meses más fríos del invierno. Por eso todo el mundo quiere que se arregle este pleito de adolescentes cuanto antes. Mientras más se prolongue, más probable será que este invierno resulte bastante triste. Si de por sí…