El matrimonio tiene como regla inquebrantable no comprar ningún producto fabricado por la empresa de Jobs. (Archivo)
Mientras que para millones de jóvenes el deseo es tener un iPod o un iPhone en el bolsillo, para los tres hijos del magnate Bill Gates y Melinda Gates (12, 9 y 6 años de edad) ni en sueños podrían tener uno, pues según sus famosos padres, están prohibidos los productos de la competencia en su casa.
De acuerdo con una entrevista publicada por la revista Vogue de este mes, Melinda Gates reconoce que los productos fabricados por firmas competidoras de Microsoft no son bien recibidas en su casa: “Hay pocas cosas en la lista de prohibiciones en la casa, pero dos de las cosas que no damos a nuestros hijos son iPods y iPhones”.
El matrimonio tiene como regla inquebrantable no comprar ningún producto fabricado por la empresa de Jobs. Al parecer, los hijos del famoso matrimonio tendrán que conformarse con el reproductor de MP3 Zune fabricado por Microsoft.
Ambos aparatos compiten en el mercado de la música digital. Para el caso del iPod, Microsoft cuenta con un competidor: el Zune, un reproductor que no ha logrado ganar la batalla contra su par de Apple.
Según NPD Group, el Zune tiene una participación de mercado del 3% en Estados Unidos, mientras que el iPod posee el 70%. Apple ha vendido más de 200 millones de estos aparatos y alrededor de 18 millones de unidades de su teléfono móvil, iPhone y Microsoft sólo ha colocado en el mercado casi tres millones de Zune.
Hasta el momento, se desconoce si alguno de los hijos de Gates guarda en secreto un iPod Touch en los cajones de su cuarto, pero ni siquiera la señora Gates es inmune al atractivo de los populares productos de Apple. “De vez en cuando miro a mis amigos y pienso que no me importaría nada tener ese iPhone”, dijo a Vogue.
Con una fortuna valuada en 58 mil millones de dólares según la revista Forbes, Gates es considerado el tercer hombre más rico del mundo sólo después del inversionista estadounidense Warren Buffett y el empresario mexicano Carlos Slim.
