ROMA, ITALIA.- Cientos de miles de personas protestaron ayer en la capital italiana en contra de las medidas que implementó el Gobierno del primer ministro Silvio Berlusconi para hacer frente a la crisis económica y financiera.
A la movilización acudieron unas dos millones 700 mil personas, según la Confederación General de Trabajadores Italianos (Cgil), el principal sindicato del país que convocó a la protesta, mientras que la Policía estimó que participaron unas 250 mil personas.
La manifestación incluyó cinco marchas que paralizaron el centro de Roma y que confluyeron en el Circo Máximo, una antigua arena, y en donde el secretario general de la Cgil, Guglielmo Epifani pidió al Gobierno la apertura de una "mesa de negociaciones".
Epifani acusó al Gobierno de Berlusconi de no haber hecho nada a favor de los desempleados, de los estudiantes, de los ancianos y de los trabajadores precarios.
"El Gobierno corre el riesgo de crear un país cada vez más inmovil desde el punto de vista social y en el que los últimos seguirán siendo últimos. Nosotros queremos llevar al futuro los valores de la Constitución", declaró.
El líder sindical propuso una mesa de negociaciones en la que se discutirían cuatro temas, el primero respecto a las políticas industriales y las inversiones empezando por el Sur del país.
Mientras que el segundo tema sería referente a los amortizadores sociales; el tercero a la situación de los jubilados y el último a la justicia fiscal y el desarrollo sustentable.
"Pido formalmente al presidente del Consejo de Ministros (Berlusconi) abrir inmediatamente una mesa de negociaciones sobre la crisis", señaló Epifani.
También invitó a los otros dos grandes sindicatos del país, la Confederación Italiana de Sindicatos de los Trabajadores (Cgil) y la Unión Italiana de los Trabajadores (Uil), que no participaron en la protesta de ayer, a unirse en la mesa de negociaciones debido a "la gravedad de la recesión económica".
En la manifestación estuvieron presentes los representantes de los principales partidos de oposición, como Darío Franceschini (del Partido Democrático), Grazia Francescato (del partido Verde) y Fausto Bertinotti y Paolo Ferrero (de Refundación Comunista).
Los organizadores informaron que 40 trenes, dos barcos y casi cinco mil autobuses trasladaron a Roma desde todo el país a miles de manifestantes.
La Cgil cuenta con cinco millones de afiliados en Italia.
