Análisis. El presidente del PP, Mariano Rajoy; el presidente del PP en el País Vasco, Antonio Basagoiti, se reunieron para analizar los resultados electorales. EFE
MADRID, ESPAÑA.- El País Vasco está a las puertas de un viraje histórico: por primera vez desde la restauración de la democracia, un candidato ajeno a los partidos nacionalistas, el socialista Patxi López, se convertirá, con toda probabilidad, en el próximo presidente del Gobierno vasco.
El cargo de Lehendakari -mandatario, en Euskera- está a expensas de los pactos postelectorales abiertos tras los comicios autonómicos del pasado domingo, en los que paradójicamente el candidato vencedor, el nacionalista moderado, Juan José Ibarretxe, tiene pocas posibilidades de lograr su cuarta investidura consecutiva.
Un cambio político que coincide además con el momento de mayor debilidad de la organización terrorista vasca ETA, que en esta ocasión todas las listas electorales afines a sus objetivos fueron ilegalizadas.
El Parlamento está integrado por 75 escaños, por lo que la mayoría absoluta se consigue con al menos 38 diputados.
Según los resultados electorales, los dos grandes bloques de la política vasca -los que pugnan por la independencia o el soberanismo y los que están a favor de mantener la integración al Estado español- están muy empatados, pero por primera vez la balanza se ha inclinado a favor de los partidos que defienden la vigencia del marco constitucional. Es decir, entre el Partido Socialista de Euskadi (PSE), con 24, el conservador Partido Popular (PP), con 13, y Unión Progreso y Democracia (UPyD), con uno, suman 38 diputados. Mientras que el Partido Nacionalista Vasco (PNV), con 30 escaños, Eusko Alkartasuna (EA), con dos, Aralar, con cuatro, y Ezker Batua, con uno; suman en total 37.
Con este panorama, el procedimiento parlamentario es el siguiente: se da posesión de su escaño a los nuevos diputados para, acto seguido, abrir la convocatoria para que el partido que quiera presente su candidato a presidir el Gobierno vasco, siempre dando prioridad a la formación más votada. Es decir, el PNV intentará lograr la mayoría absoluta para que salga elegido su candidato, pero su única opción real para acceder al poder es lograr un pacto de Gobierno con el PSE, ya que es el que finalmente tiene la llave de la gobernabilidad.
Sin embargo, el propio Patxi López defendió su derecho y legitimidad para intentar formar Gobierno, con lo que, según los propios dirigentes socialistas, la formula más factible es que logre la investidura con los votos del PP y UPyD, pero formará un Gobierno en minoría.
El presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, anunció que daría "vía libre" a su candidato en Euskadi para formar Gobierno. Ello pese a que necesita de los apoyos del PNV en el Congreso de los Diputados, al no tener la mayoría absoluta.
Además, el líder del PP, Mariano Rajoy, anunció que apoyará al PSE para lograr la alternancia en el País Vasco, un sueño añejo de la derecha española y que, según sus análisis, es crucial para acabar definitivamente con el terrorismo.
En relación a las elecciones autonómicas en Galicia, el candidato derrotado, el socialista Emilio Pérez Touriño, anunció ayer -lunes- su dimisión ante el fracaso en las urnas. La pérdida del poder, después de sólo cuatro años en el mismo, abrió una crisis en el seno del socialismo gallego. Mientras que el PP sigue celebrando la recuperación de uno de sus feudos más emblemáticos.