México, Df.- Al final prevaleció el abrazo de Jesús Martínez, eufórico ante la ventaja de sus Tuzos que se tambaleó con el empate puma en primera instancia, pero que a cuatro minutos del final Paul Aguilar colocó el marcador a su favor con el 3-2 final.
Los jugadores levantaron los puños pues los hidalguenses no podían vencer a los universitarios desde el torneo de Invierno 2001. Hacía siete partidos que los Tuzos no podían doblar a Pumas en casa.
Ayer la suerte para los hidalguenses no parecía favorecerles, más cuando Ismael Íñiguez mandó a los visitantes arriba en el marcador cuando corría el minuto 37 de acción. Presagio de los juegos pasados... Leobardo López estaba dispuesto a disuadir que no sería así. Sobre todo cuando Damián Álvarez se planteó un partido milimétrico, al menos a la hora de poner el balón a disposición de sus compañeros.
Porque así llegó el empate tuzo. En un pase de cabeza de Damián que López remató con fuerza para dejar sin posibilidad a Odín Patiño.
Apenas el complemento arrancó, Pachuca se hizo más presente. Al minuto dos Blas Pérez ya había puesto en ventaja a los de casa ante brincos y festejos en palcos, plateas y tribuna general.
Fue al minuto 59 cuando Bravo se abrió hacia la izquierda marcando el servicio y mandó al fondo para el empate que parecía prolongaría la vuelta al triunfo del Pachuca sobre Pumas en casa.
A Odín las salidas lo habían perturbado todo el partido. Sufría cada balón por alto, sobre todo en los tiros de esquina y las faltas frontales.
Fue el resquicio por donde llegó la ventaja definitiva, en un centro que cobró, quién más, Damián, con puntual tino al salto de Paul Aguilar, quien de cabeza violentó la red y marcó el 3-2, que de nuevo hizo saltar a la plana mayor de los Tuzos.
