Mucho es lo que en estos días se ha dicho sobre los resultados del pasado proceso electoral, por lo que poco es lo que cabría añadir a todo ello.
No obstante lo anterior, considero necesario hacer algunas predicciones sin mayor análisis a fin de que estemos conscientes de la importancia que juega nuestro sistema democrático en la vida del país.
Es indiscutible que el Partido Revolucionario Institucional, no se imaginó la magnitud de los resultados a su favor, así como que el de Acción Nacional, tampoco avizoró una caída tan estrepitosa.
Pero uno y otro, junto a los demás partidos, deben entrar en una etapa de seria reflexión, para dimensionar sus fortalezas y debilidades.
Las lecciones obviamente son distintas, pero nadie puede considerarse eximido de ese análisis, pues hacerlo conduciría a un serio fracaso futuro.
El PAN, tiene que admitir, que: "Los errores del rey, los paga su grey", así como que sólo quien no gobierna no se equivoca; ellos pensaron por mucho tiempo que sabían hacer las cosas como la gente quería y desde luego hoy se dan cuenta que no siempre es así.
El PRI, a su vez, debe reflexionar en qué va hacer con todo el poder que se ha depositado en sus manos, pues ahora podrá impulsar reformas desde el Congreso con buenas posibilidades de éxito, pero éstas deben responder a las expectativas de la gente.
Todos los demás tienen que admitir que están casi en la lona y que una campaña mentirosa, como la del Verde, da para ganar una elección, pero no para mantenerse en el poder.
Entrar en un proceso de autocrítica no es fácil y menos cuando se ha triunfado, pero es necesario hacerlo, porque éste marca rumbos y nos indica el derrotero que debe seguir una institución política.
Es igualmente necesario que exista en el país, una izquierda sólida, pues el electorado debe tener también esa opción. Pero para construirla se necesita madurez y visión de largo plazo. Nadie gana solo ni se hunde solo. Por eso es necesario que el PRD trabaje por la unidad y sepa ser un partido de izquierda en la pluralidad.
Tiene que hacerse esto, por el bien de México y de la propia subsistencia del sistema de partidos, mientras no se abran espacios para las candidaturas independientes.
Otro punto de vista, con relación a otro tema, que nos debe hacer reflexionar, es la muerte de Michael Jackson, pero no por su deceso en sí, sino por la tristeza que entraña el hecho de que ni con todo su dinero y fama, fue capaz de concitar en vida, lo que logró a su muerte.
Sus familiares y amigos le dieron el último adiós al Rey del Pop.
Lo alabaron, lo ensalzaron y lloraron miles. Pero en vida no logró consolidar estabilidad y familia, como para ser feliz.
"Llórate solo y no pobre", reza el viejo adagio y por las condiciones en que muere puede decirse que se encontraba profundamente solo y muy triste.
Me conmovieron todas las muestras de amistad en su homenaje. Pero no sé, si todos los que ahí hablaron le dijeron lo que sentían cuando aún estaba entre nosotros.
Es posible que no, porque nos callamos muchas cosas y nos resistimos a decir: "Te quiero" o "Te amo", hasta por pruritos sociales.
Triste muy triste debe ser la vida del hombre que pasa por ella sin conocer el verdadero amor, aun cuando nos haga sufrir o nos pretenda alejar de su lado.
Pero las estrellas refulgentes son solitarias y algunas, como el sol, irradian un calor que quema, pero no purifica.
Necesitamos tan poco para ser felices, que no tenemos que ir en pos de los grandes éxitos o la fama mundial para alcanzarla. Nos debe bastar con ser capaces de despertar unos cuantos sentimientos y saber mantenerlos vivos.
En esta vida, todo pasa tan rápido, que para cuando nos damos cuenta ya estamos tocándole la puerta a San Pedro. Y volteamos para atrás y podemos llegar a descubrir que en realidad no vivimos.
Hay que apostar a la felicidad, pero a la felicidad sencilla, sin grandes pretensiones. Esa que nos permite disfrutar de todo lo que poseemos sin aspirar a mucho más.
Por lo demás: "Hasta que nos volvamos a encontrar, que Dios te guarde en la palma de su mano".
