Una vieja historia cuenta que "Adulón veía plácidamente las noticias de la noche, cuando en las mismas fue comentado un conflicto -de los cientos que el hombre inventa para demostrar el poder-, sólo que este movimiento armado se daba en un país que jamás había escuchado, inmediatamente se paró del viejo sillón -que estaba más pando que una burra chiquita montada antes de tiempo-a la recámara de su hijo.
El joven se encontraba entregado totalmente a los brazos de Morfeo, es decir, más dormido que un diputado en sesión. Adulón abrió la puerta y con el mayor sigilo se fue al librero en busca del globo terráqueo, mismo que encontró inmediatamente, con él en las manos iba de regreso, cuando sin darse cuenta tropezó con los tenis de su hijo y, haciendo juegos malabares, hizo tal ruidasal que el joven despertó y, al ver a su padre con el globo terrestre entre sus manos, sólo alcanzó a decirle:
--¿Papá, qué haces con mi mundo?".
Ésa es la pregunta que miles de jóvenes demandan a los adultos: ¿qué hacen con nuestro mundo?, en una sociedad movida en el desorden y la violencia, en donde lo que menos importa es el medio ambiente. Pero como dijo Jack "El Destripador": "Vamos por partes"; anualmente el Gobierno de Canadá autoriza en el Golfo de San Lorenzo la caza de focas, sólo en este año licenció la matanza de 338,200 ejemplares de esta especie -la mayor matanza de mamíferos marinos del mundo-, la cual tiene un objetivo eminentemente comercial: el uso de la piel, carne y grasa elaboración de productos de belleza.
Frente a la depredación estúpida de la naturaleza, el Gobierno canadiense, a través de la ministra de Pesca, Gail Shea, defiende la caza y argumenta: "Es una fuente significante de ingresos en muchas pequeñas comunidades costeras del país".
Por otra parte, Islandia ha aumentado la cuota en la caza de ballenas en los próximos cinco años al autorizar, a partir de 2009, la matanza de 150 ejemplares anuales de rorcual común y otros 100 de ballena minke. Las autoridades argumentaron "el mínimo impacto ecológico, la necesidad de aprovechar los recursos marinos y la falta de un acuerdo internacional para justificar la medida".
Como estas historias hay muchas, en donde la mano del hombre participa en aras de la obtención de dinero, dilapidando a nuestra madre naturaleza. Con la caza excesiva, la tala inmoderada de árboles, la deforestación y la polución, se ha producido un desequilibrio en el ambiente, el cual ha llevado a la desaparición de muchas especies como el delfín de río chino, el bucardo (cabra montés ibérica), el sapo dorado, el jambato negro, el pato de las marianas, entre muchas otras.
Por otra parte, basta observar cómo muchos ríos, arroyos, presas, lagunas, que en nuestra infancia estaban llenas de la vitalidad del agua, hoy se encuentran secas, como resultado del potencial daño que hacemos al medio ambiente. La escasez del agua dulce impacta negativamente en tres aspectos del hombre: los alimentos, la salud y la estabilidad política.Se cuentan por cientos las grandes urbes que sufren la crisis del equilibrio hidrológico, pueblos enteros que comienzan a sufrir el desabasto del agua, debido, entre otras causas, a la contaminación, desperdicio, el uso irracional, abuso en la extracción, mala infraestructura hidráulica, ausencia de una cultura para cuidar el vital líquido y la deforestación. Pareciese que la modernidad y la industrialización han hecho que olvidemos los valores originales que las abuelas y los viejos de los pueblos tienen a flor de piel, que los llevan a proteger el medio ambiente y no depredarlo. Para 2025, dos de cada tres habitantes del planeta vivirán con escasez de agua. Es tiempo, ¡urge!, de tomar conciencia, el cambio climático y la escasez de agua dulce son una probable crisis, dos de los más graves problemas ambientales a los que hemos llegado como consecuencia de degradar la naturaleza, este es tiempo convertir la palabra en acción para resolver el problema, si no muy pronto el futuro nos alcanzará y millones de voces nos preguntarán: ¿qué hacemos con el mundo de nuestros hijos?